El otro día estaba en la ludoteca con mi hijo pequeño cuando presencié un incidente muy «típico» en el que no se tiene en cuenta los sentimientos de los niños.
Estaba una niña de 18 meses con su abuela leyendo unos cuentos y se levantaron para salir. La abuela abrió la puerta pero cambió de opinión y la soltó. La niña estaba a su lado con la manita apoyada en la puerta y ésta se cerró. La puerta era de cristal y pilló todos los deditos de la niña que empezó a llorar amargamente.
La abuela  abrió la puerta, dió la mano a la niña y le dijo: 
  • «Venga que no ha pasado nada» 
  • «Ves como hay que tener cuidado con las puertas»
  • «Vamos ya está bien»
  • «¿Te has hecho daño?»
Vamos a ver:
  • ¿Cómo que no ha pasado nada? Se ha pillado toda la mano con una puerta pesadísima. Además del susto tiene que dolerle un montón.
  • ¿Hay que tener cuidado con las puertas? Por supuesto pero nosotros los primeros que tenemos que hacerlo, no le eches la bronca por algo que has hecho tú mal.
  • ¿Ya está bien? Se ha hecho daño, no la consuelas, la echas la bronca y encima no la dejas llorar.
  • ¿Te has hecho daño? ¿esta pregunta no estaría mejor la primera de todas? ahora después de haberle dicho que no ha pasado nada, y que deje de llorar, si le preguntas si se ha hecho daño probablemente ya ni lo sabrá, porque desde el principio has negado lo que ella estaba sintiendo.
¿No será mejor acompañar y poner nombre a lo que está sintiendo en lugar de negarlo y confundirles?
Yo siempre que mis hijos se caen o lloran por algún motivo y alguien dice: «venga que no ha pasado nada » de manera educada digo: «claro que ha pasado, se ha caído, hecho daño, asustado………..» y voy a su lado. Les consuelo, abrazo, ayudo o lo que necesiten en ese momento y a seguir con lo que estábamos haciendo pero sabiendo que sus sentimientos son importantes y que tienen plena libertad para expresarlos.
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