Hola, mi nombre es Yuria Prospero, tengo un pequeño de 4 años que se llama Darío y juntos tenemos un huerto en casa.
El huerto que Darío y yo trabajamos en casa es un huerto en macetas. En la foto puedes ver que ni siquiera son tantas macetas, pero déjame contarte lo que sembramos esta pasada estación primavera-verano: fresas, chiles jalapeños, rábanos, zanahorias, albahaca, romero, menta, hierbabuena, eneldo, epazote, tomillo, papayos (no han dado fruto, están creciendo), ejotes (judías verdes), lavanda, ajos, tomatillo (fresadilla) y tenemos un pequeño limonero que aún no da frutos. Aparte tenemos 2 cajas de siembra en donde tuvimos: pimientos rojos, melón (solo que fue atacado por una plaga y tuve que  quitarlo), camotes (boniato) y apio. ¿Puedes creer todo esto en tan poco espacio?
Cuando platico que tengo un huerto en macetas y todo lo que sembramos SIEMPRE hay alguien que pregunta «¿donde tienes todo eso?» y cuando mi respuesta es «son las macetas que tenemos frente a la casa» una cara de asombro se deja ver. Por lo general al hablar de huerto en casa pensamos en una casa de campo con grandes o medianas extensiones de tierra sembradas de frijol o maíz, pero déjame contarte que no tiene que ser así necesariamente.
Un huerto es un conjunto de hortalizas creciendo y dando frutos de donde tu y tu familia puedan comer, y esto puede darse en macetas en una gran ciudad fácilmente.
Hay muchas razones para tener un huerto en casa: comes mas saludable, evitas el uso de pesticidas, el sabor de las hortalizas es insuperable, etcétera, pero aquí quisiera hablar de los beneficios que tiene un huerto para un niño, para una familia con hijos con respecto a la formación de estos.
Un huerto, bien llevado, sin forzar al niño a trabajar en él, sino invitándolo hasta donde él quiera puede ser un momento de tranquilidad, diversión, entretenimiento, unión familiar. Aprenden valores como la paciencia y el cuidado de otro ser vivo. En verdad creo que es una herramienta increíble para el aprendizaje de los niños. En un huerto pueden aprender muchísimo y sobre todo que lo hacen de manera vivencial, siendo este el conocimiento que realmente es adquirido porque proviene de la experiencia misma del niño.
El ciclo de la vida puede apreciarse fácilmente en un huerto, desde que siembras la semilla hasta que nace, crece y vuelve a formar otra semilla, pero no solo eso sino que puedes ver claramente como plantas e insectos se interrelacionan para ayudarse mutuamente, cooperando unos con los otros: viene la mariposa o la abejita que se alimenta del néctar y se lleva el polen hacia otras flores realizando la importante labor de polinizar. Además las plantas dan refugio y sombra a otras especies. Y si quieres ir mas lejos hay insectos que son plagas para las plantas, pero estos mismos atraen otros insectos que comen esas plagas y así crean un equilibrio.
Otro ejemplo es cuando esa mariposa que llegó al libar el nectar deja sus nuevecillos y nacen en tu huerto algunas orugas, que, si tienes suerte, te dejaran ver una mariposa nacer. ¿No es increíble aprender biología de esta manera?
La cooperación de los insectos y plantas no es algo que solo les puedes platicar, sino que ellos mismos pueden vivir si se dividen las tareas del huerto: unos siembran, ot
ros traen la tierra, unos barren otros revisan como van las hortalizas y si hay frutos que cosechar, etcétera.
Aunado a este aprendizaje científico tenemos el aprendizaje de la paciencia, que según sea el carácter y las edades de tus hijos deberás manejar, ya que hay semillas que tardan 1 mes en germinar, pero hay trucos como el dejar remojando las semillas en agua antes de sembrar para «ablandarla» y que tarde menos. Si tus hijos no son muy pacientes o son pequeños, quizá esta labor deberás hacerla tu misma y comenzar a trabajar con ellos desde que nace la planta.
Es posible que al principio tus hijos no quieran cooperar o no les interese, esto es completamente normal, sobretodo si nunca han visto un huerto y no saben que es lo que obtendrán de él. Ten paciencia con ellos y vayan trabajando poco a poco, quizá al principio debas dejarles un espacio en que puedan jugar libremente con la tierra mientras tu riegas y cuidad las hortalizas, si lo haces son regularidad lo mas probable es que después quieran imitarte y ayudar a cortar las hojitas secas o regar. Es importante que tengas las herramientas necesarias del tamaño de sus manitas para que les sea fácil cooperar y quieran seguir haciédolo.
Otro truco es sembrar lo que a ellos les gusta comer, siembra zanahorias, tomates cherry, en fin, lo que les gusta. Así captarás su atención platicándoles como crecerán las zanahorias y como cuidarlas para poder disfrutarlas.
Una vez que captaste su atención, no la pierdas, no hagas del huerto una tarea tediosa, aburrida y demasiado larga. Deja que hagan lo que prefieran y por el tiempo que lo deseen, según vayan creciendo y amando su huerto, estoy segura que el tiempo también se irá alargando.Hazlo divertido, canten canciones sobre plantas y días soleados.
Si piensas que tener un huerto es mucho trabajo, te diré que si es trabajo, cosechar no es gratis, pero nosotros dedicamos 10 minutos por la mañana a regar y 10 más por la tarde para revisar plantas y quitar hojitas secas, maleza, plagas, cosechar , sembrar, y lo que haya que hacer. El trabajo que le inviertas tendrá sus recompensas, ya que no solo obtendrás hortalizas para tu mesa, sino que tus hijos amarán la naturaleza y el proceso de la vida.
Espero te animes a tener un huerto en casa.
Te dejo un abrazo
Yuria Prospero

Si te gustaría crear tu propio huerto pero no sabes ni por donde empezar, Yuria te puede ayudar con su curso de Huerto en macetas. Estoy segura de que es una opción estupenda para nuestros intensos niños.