La lactancia para mi es muy importante. Siempre he procurado estar informada y creo que es muy beneficiosa tanto para la madre como para el niño.
La Organización Mundial de la Salud dice que la lactancia materna debe ser exclusiva hasta los 6 meses, y que es importante hasta los 2 años junto con otros alimentos que se van introduciendo de manera complementaria, es decir complementando la lactancia, nunca sustituyéndola y a partir de los 2 años hasta que el niño y la madre quieran.
Antropológicamente dicen que la edad natural del destete es de los 2 a los 7 años, esto quiere decir que en algún momento dentro de ese período el niño por sí mismo dejará de mamar.
La lactancia es maravillosa, pero no es fácil y eso a veces no nos lo cuentan.
Mi hija tomó el pecho hasta los 3 años, pero el destete no fué natural. Yo sufrí agitación del amamantamiento y aunque disfruté muchísimo de la lactancia el final fue un poco traumático. Tal vez porque ella siempre mamo mucho, porque lo hacía día y noche, porque su gran intensidad también estaba presente en la lactancia, la cuestión es que a los tres años yo ya estaba cansada y decidí dejarlo. Ella no quería, me lo dijo muchas veces y aunque lo dejó más o menos rápido, durante mucho tiempo me lo dejó bien claro: ella no quería dejarlo.
Mi hijo tiene 2 años y mama mucho. Hay días que lo llevo bien, pero no todos. Hay días que tengo agitación del amamantamiento y otros en los que le da por «sintonizar», es decir me toca el otro pezón con la mano. Realmente más que tocar, lo retuerce, como si estuviese sintonizando una emisora de radio antigua.
Esto es algo que muchos niños hacen y tiene una explicación: es un reflejo instintivo que ayuda a que la leche suba. Cuando el niño es mayor, la leche no sube tan rápido como al principio y tocando el pezón ayudan a que suba. El problema es que esto es algo que la mayoría de las madres no llevan nada bien y yo me pregunto si eso siempre habrá sido así.¿También les molestaría a nuestras antepasadas?
Como sea, la realidad es que la lactancia con bebés es muy diferente a la lactancia con niños, y esta última puede hacer aparecer muchas sombras que a veces podemos trabajar y superar y otras veces no. Para cuando llega el momento de destetar lo ideal es hacerlo de la manera más respetuosa posible y para ello te recomiendo el libro: Destetar sin lágrimas de Pilar Martínez de Matenidad Continuum.
Yo voy a empezar a leerlo ya para tener herramientas cuando llegue el momento. Me gustaría haberlo conocido cuando desteté a mi hija mayor. Estoy segura que en esta ocasión todo será diferente.