El otro día empecé una serie de posts relacionados con la sobreexcitabilidad, algo muy presente en la mayoría de los niños de Alta Demanda. Puedes leerlo aquí.

Hoy toca hablar de la sobreexcitabilidad sensorial que es la que aparece cuando los cinco sentidos funcionan de una manera más intensa que en la mayoría de la gente, es decir los niños con sobreexcitabilidad sensorial oyen, ven, huelen, tocan y degustan de una manera diferente.

Esta cualidad puede resultar algo difícil de manejar ya que actividades cotidianas pueden ser realmente intolerables para muchos niños de Alta Demanda.

El ruido habitual de una casa como el crujir de la madera, el tic tac de un reloj o el timbre de la puerta pueden provocar que un niño de Alta Demanda se despierte de su sueño y además lo haga asustado o enfadado por el ruido que le ha perturbado. Si ruidos tan relativamente suaves como estos les provoca malestar, imagina lo que siente si pasa una moto cerca, con los petardos en las fiestas o en un supermercado donde se mezclan la música con las conversaciones del resto de personas.

La luz del sol puede resultar insoportable para un niño de Alta Demanda. Recuerdo que mi hija cuando había sol se retorcía de tal manera que parecía un vampiro en vez de un bebé, así que decidimos comprarle unas gafas de sol y fuimos a la óptica donde escogimos las más pequeñitas y se las pusimos. No volvió a llorar cuando hacía sol y lo más curioso es que no se las quitaba, entendía perfectamente cuál era la función de las gafas, cosa que sorprendía a todo el mundo que un bebé de apenas unos meses llevase gafas de sol puestas sin hacer ningún intento de quitárselas.

El olfato no ha sido un problema con mi hija, pero sí conmigo que siento como si el olor me impregnase y he llegado a sentirme verdaderamente mal en presencia de algunos olores desagradables. Eso sí cuando algo huele bien, siento que me envuelve una agradable sensación.

Los sabores sí causan conflicto en nuestra casa porque hay ciertos sabores imposibles de tolerar como el sabor amargo, en el que me incluyo. Y en el caso de mi hija además descubre sabores totalmente imperceptibles para el resto de personas. Si tengo intención de cambiar la marca de algún alimento me conviene pensármelo dos veces por si lo detecta.

Y en el caso del tacto, las etiquetas y las costuras de los calcetines están casi prohibidas en mi casa, pero también alguna chaqueta con una costura mona en algún sitio que molesta de tal forma que la chaqueta y su costura se quedan en el armario para siempre. Lo mismo pasa con algunas texturas «extrañas» como la pintura de dedos o incluso la arena. Hay muchos niños que no soportan pisar la arena o mancharse las manos. Sin embargo para otros es un auténtico placer sentir todas esas sensaciones en sus manitas.

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Imagen de Freedigitalphotos.net

Para un niño con los sentidos más activos, más reactivos, que absorben más información como es el caso de los niños de Alta Demanda, les puede resultar difícil estar en algunos sitios comunes como un centro comercial, una verbena o incluso en el cole: exceso de gente, de ruido, de movimiento, de variación térmica…demasiados estímulos a la vez, difícil de gestionar en muchas ocasiones.

Cuando tenemos un bebé con sobreexcitabilidad sensorial es importante que estemos muy pendientes de él para crear un entorno que le evite esa sobre estimulación y pueda sentirse cómodo.

Si se trata de un niño más mayorcito probablemente irá poco a poco aceptando algunos estímulos mejor y podrá estar sin problemas en ambientes hiper estimulantes durante un período de tiempo, pero llegará un momento en que será suficiente y sería un acierto buscar un lugar más tranquilo y relajado. También hay que prestar atención a su comportamiento en clase porque puede ponerse muy nervioso por el exceso de estímulos y perder la concentración de lo que están haciendo.

Lo importante siempre es observar a tu hijo para ver cómo se siente y nunca pensar que llora o se comporta mal por llamar la atención o tomarnos el pelo, si lo hace seguro que tiene un buen motivo.

Te dejo con un cuento que habla de la sensibilidad sensorial, contado por mí 🙂 Puedes oírlo aquí.

Seguiremos tratando este tema viendo otros tipos de sobreexcitabilidad.

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