Cuando tienes un niño de alta demanda que te reclama atención todo el tiempo, que se sobreestimula fácilmente, que siempre quiere saber más de todo, que nunca está dispuesto a hacer lo que toca en ese momento y tantas otras cosas, sin darnos cuenta vamos aumentando nuestro nivel de estrés y ¿alguna vez te has observado en esos momentos? 
Si lo haces te darás cuenta que vas encogiendo el cuerpo, y lo vas tensando y casi ni respiras. Tienes una respiración tan superficial que es la justita para sobrevivir.
Cuando te sientas así, simplemente RESPIRA. 
Haz una buena respiración, profunda, larga, que todo tu cuerpo se llene de oxígeno. 
Y te preguntarás que porqué te digo hoy que respires. Pues te lo digo porque esta acción que realizamos de manera inconsciente es muy importante. Y tenemos que procurar hacerla más consciente.
Cuando hacemos una buena respiración, nos sentimos mejor, baja nuestro nivel de estrés, nos relajamos y podemos pensar con más claridad.
Todo esto nos hará ver la situación con nuestro hijo desde una perspectiva más amable.
En este vídeo puedes ver cómo mediante un minuto de respiración consciente puedes lograr sentirte muy bien. 
Imagínate poder usarlo cuando sientes que ya no puedes más.
Respira, libera tu cuerpo de tensiones y disfruta.