Si me sigues hace tiempo o últimamente me ves por las redes verás que poco a poco he ido cambiando mi manera de expresarme, mi mensaje, mi manera de sentir y de ver la vida. Y es que estoy inmersa en un profundo proceso de autoconocimiento que empezó hace muchos, muchos años, antes incluso de ser madre.

Un proceso que se enfatizó con el nacimiento de mi hija Sara hace 12 años que me llevó a reinventarme a mí misma y que llegó a su máximo apogeo hace 3 años con motivo de mi divorcio.

En ese momento empecé una nueva vida con todo diferente a mi alrededor y durante mucho tiempo me sentí muy perdida porque había perdido todos mis puntos de referencia, muchos de ellos negativos que me impedían avanzar pero que hasta ese momento eran los que me daban seguridad en mi vida porque eran algo conocido.

Estos tres años los he dedicado a situarme de nuevo en la vida,  y a aprender a crear la mejor vida posible para mí y por supuesto para mi familia.

He tenido que desaprender muchas cosas y cambiar de raíz muchas otras.

Este verano, en plena crisis personal, sintiéndome al borde del abismo, decidí de manera consciente emprender un viaje hacia mi interior con la esperanza de encontrar a esa nueva Mónica que estaba surgiendo después de todos estos años de aventuras.

He tenido que hacer y sigo haciendo un trabajo diario para poder dejar salir a mi verdadero yo, ese que durante años ha vivido atrapado, confundido, ignorado y menospreciado.

Y por fin, las piezas del puzle empiezan a encajar, y mi vida cada día es más un reflejo de lo que quiero vivir. Ahora «Aprendo a vivir…cada día»

Hasta ahora me he dedicado casi en exclusiva a tratar temas de crianza porque entender a mi hija de Alta Demanda ha sido fundamental durante los últimos 12 años. Ahora al borde de la adolescencia puedo decir que ese camino ya está recorrido, que todo lo que necesitaba aprender ya lo he aprendido y ahora lo que quiero es compartir todas las nuevas experiencias que he vivido en los últimos tiempos.

Todos esos nuevos aprendizajes  me han ayudado a encontrarme a mí misma y eso de manera automática ha mejorado la relación con mis hijos que ha pasado de ser buena (gracias a todo el trabajo que hemos hecho sobre la Alta Demanda) a ser espectacular.

Porque antes buscaba que mis hijos estuvieran bien y yo estaba en último lugar. Me cuidaba sí, pero no lo suficiente.

Ahora me cuido, me respeto, me  mimo, me doy tiempo, me conozco…y cuando yo estoy en mi lugar….todo lo demás se vuelve infinitamente más fácil. Es algo mágico!!!!

Y es en ese punto en el que me voy a centrar a partir de ahora. Voy a acompañarte a encontrarte a ti misma sin dejar de lado la crianza por supuesto que es una parte muy importante de nuestra vida…pero no la única.

Voy paso a paso dando forma a esta nueva idea y te iré contando todo lo que vaya haciendo, para que si este nuevo modo de ver la vida resuena contigo pueda acompañarte y sigamos este camino juntas.

En esta nueva etapa hablaremos mucho de mentalidad, de la importancia de lo que pensamos, de las emociones que aparecen en la maternidad y desde el lugar en el que vivimos todo esto.

Es un viaje fascinante. El mío comenzó hace un tiempo. Y cuando tú estés preparada comenzará el tuyo y yo estaré aquí para guiarte.

Si quieres sentirte mejor contigo misma, cambiar tu modo de ver las cosas, aprender a gestionar tus emociones para no perder el control…..no te pierdas lo que traigo para ti!!!!