Los bebés de alta demanda son impredecibles, lo que ayer funcionaba hoy no sirve. Es una de sus características.
Si a esto le unimos factores externos a su persona como por ejemplo tener un hermanito, su forma de ser impredecible aumenta. Y es en ese punto en el que ahora mismo nos encontramos.

Ella antes era el centro de nuestra vida y tenía toda nuestra atención, pero su hermano llegó al mundo pisando fuerte y perdió parte de esa atención. Y no lo está llevando nada bien. Aunque intentamos tener ratitos de chicas, y pasa largos ratos con papi en la piscina, para ella nunca es suficiente. Intentamos que valore las cosas positivas de tener un hermano, y aunque las entiende, creo que siempre echará de menos esa etapa en la que nos tenía solo para ella.

El problema es que esta situación está afectando a muchos ámbitos de nuestra vida, entre ellos la comida. Nunca ha sido buena comedora pero había unos pocos platos que le gustaban y con esos iba manteniendo una nutrición más o menos adecuada, pero de repente han dejado de gustarle todos sus platos favoritos y hay que estar muy encima de ella para asegurarte que toma lo mínimo imprescindible.

El otro día comentando esta situación, un familiar muy cercano nos decía que estaba pidiendo atención y que si estaba así era porque siempre le habíamos hecho demasiado caso.

Estoy de acuerdo en que se comporta así porque busca nuestra atención y lo hace de todas las maneras posibles. Pero no puedo estar de acuerdo en lo de que le hemos hecho demasiado caso. Ella siempre ha necesitado mucha atención y mientras hemos podido se la hemos dado. Era una necesidad. Necesitaba contacto físico continuo para sentirse segura, atención constante para satisfacer su enorme necesidad de conocimiento, dormir acompañada…solo buscaba satisfacer sus necesidades más básicas. Más intensas que en otros niños, pero básicas y necesarias para ella.

¿Qué podría haber hecho? ¿Ignorarla? ¿Dejarla llorar…hasta cuando? Los bebés de alta demanda no pueden calmarse solos, su elevada intensidad emocional se lo impide. ¿No contestar a sus interminables preguntas? Solo intenta satisfacer su curiosidad ¿No acompañarla para dormir? Tanto estímulo y tanto conocimiento durante el día hace que les resulte muy difícil desconectar para poder conciliar el sueño, y si necesita ayuda para hacerlo, mientras esté en mi mano se la daré.

Es duro atender a todas sus necesidades y más cuando tienes otro hijo bastante intenso que también te reclama, pero es mi obligación como madre. Les he traído al mundo para enseñárles a desenvolverse en la vida, no para que sufran por no atenderles en sus necesidades, sean las que sean.

Así que si lo que hacíamos hace dos meses ya no nos sirve, lo que tenemos que hacer es cambiar. Implementar pequeños cambios cada día para que cada miembro de la familia tenga lo que necesita.

Para conseguir esto hemos decidido hacer reuniones familiares una vez a la semana, algo que leí en  Maternidad Continuum y me pareció una excelente idea. De esta manera concretamos más el problema y entre todos buscamos una solución. A la semana siguiente comprobamos qué tal nos ha ido y si hace falta hacer algún ajuste.

Para esta semana hemos decidido entre otras cosas:

– Hablarnos bien. A veces elevamos el tono más de lo que nos gustaría y no sirve para nada.
– Jugar más con la nena.
– Escucharnos. Cuántas veces estamos haciendo dos cosas a la vez y no prestamos la atención necesaria.

La semana que viene veremos que tal nos fue y si estas pequeñas cosas influyen positivamente en otros aspectos de nuestra relación familiar.