Cuando hace 7 años nació mi hija dejé aparcado mi bolso, para cambiarlo por una mochila que llevaba siempre encima con todo lo necesario: cambiador, pañales, toallitas y cremita en formato viaje por si tenía el culito irritado. Los primeros meses con eso era suficiente.

Cuando creció un poco empezamos a llevar también algún juguete blandito y pequeño, normalmente sus muñequitos favoritos y algún sonajero.

Un poco más tarde le añadimos algo para  comer por si tenía hambre que solían ser tortitas o cosas similares y una botellita de agua.

Luego empezó a ser imprescindible llevar algo para entretenerla en cualquier sitio. Y nos vino muy bien una libretita pequeña, con unas pinturas pequeñas y unos gomets. Con esas tres cosas se entretenía mucho incluso en alguna boda a la que asistimos. (bueno también se lo pasó muy bien aplaudiendo cuando el coro terminaba una canción, pero eso es otra anécdota divertida y para nosotros un poco avegonzante 🙂 )

Poco a poco la pequeña mochila del principio empezaba a resultar insuficiente y cambiamos a una más grande. Bueno realmente hasta llegar a este punto pasamos por varios artilugios: bolsos, maletitas, bolsas y finalmente la mochila que fue lo que mejor se ajustaba al papá y a mi, sin tener que sacarlo todo cada vez.

Con el tiempo cada vez llevábamos más cosas, incluso era ella la que metía sus cosas favoritas en la mochila (algunas imposibles de llevar) y aunque a veces resultaba un poco rollo cargar con ella a todas partes, realmente nos ha sacado de muchos apuros.

Cuando un niño se aburre o tiene hambre o sed, y en especial si este niño tiene un caracter intenso, como los niños de Alta Demanda, más te vale tener a mano algo que pueda calmar su imperiosa necesidad. Anticiparte a lo que puede pasar te puede librar de unas cuantas rabietas fácilmente predecibles.

Ahora seguimos usando mochila y además para dos niños, lo que a veces resulta más complicado, aunque también a mi hija le suele gustar llevar sus propias cosas en su bolsito. Así se siente mayor e independiente (los 7 años son una edad interesante)

Pero yo me he reincorporado al trabajo y ahora he vuelto a recuperar mi bolso para llevar solo mis cosas. En principio debería ser fácil y con un par de cositas debería bastar. Pero me he acostumbrado a ciertas cosas como a llevar agua, algo para picar (suelo llevar frutos secos para algún momento de hambre repentina), toallitas, una libreta y un boli (esto me parece imprescindible para apuntar toooodo lo que se me ocurre a lo largo del día: ideas para el blog, actividades para hacer con los niños, un libro que leer, algo que comprar, un sitio a donde ir….)

Así que depués de muchos años he recuperado mi bolso y dentro llevo practicamente lo mismo que en la mochila 🙂 Pero ahora todo lo que llevo es solo para mí 🙂

ID-100245790Imagen de by Serge Bertasius Photography. Freedigitalphotos.net

firma copia