Hoy quiero contarte cómo funciona el aprendizaje y desarrollo en los niños.

Voy  a hablarte de los períodos sensitivos. Suelen usarse en temas de educación pero creo que también pueden ser útiles para comprender su desarrollo.

Son períodos no voluntarios, en los que los niños tienden intuitivamente a realizar una determinada acción. Son fases en las que repiten una actividad una y otra vez. Están absortos en lo que están haciendo, y durante esa época, es en la única cosa en la que están interesados.

 –  Sensibilidad al orden

–  Sensibilidad al lenguaje

–  Sensibilidad a caminar

–  Sensibilidad a los aspectos sociales de la vida

–  Sensibilidad a los pequeños objetos

–  Sensibilidad a aprender a través de los sentidos

Durante un período sensible,  los niños se sienten fascinados por aspectos concretos de su entorno.

Durante un período sensible, los niños pueden aprender cosas nuevas, dominar nuevas destrezas o desarrollar aspectos de sus capacidades de forma casi inconsciente.

– El movimiento (nacimiento hasta 1 año): los movimientos desordenados del bebé se vuelven más coordinados y controlados a medida que va aprendiendo a agarrar, girar y caminar.

– El lenguaje (nacimiento hasta 6 años): empezando con arrullos y sonidos, el bebé va pasando de emitir balbuceos a articular palabras, expresiones y por último frases.

– Pequeños objetos (desde 1 a 4 años): Al niño le encantarán los pequeños objetos y minúsculos detalles a medida que la coordinación mano-ojo vaya perfeccionándose y haciéndose más precisa.

– El orden (de los 2 a los 4 años): todo ha de tener su lugar. Esta fase se caracteriza por el amor del niño por las rutinas y su deseo de consecuencia y repetición.

– La música (de los 2 a los 6 años): cuando la música forma parte de su vida diaria, el niño mostrará un interés espontáneo por el canto, el ritmo y la melodía.

– El control de esfínteres (de los 18 meses a los 3 años): a medida que el sistema nervioso va desarrollándose e integrándose, el niño controlará la vejiga y el intestino.

– Cortesía y buenos modales (de los 2 a los 6 años): al niño le encantará imitar un  comportamiento correcto y considerado, lo cual le llevará a interiorizar estas cualidades en su personalidad.

– Los sentidos (de los 2 a los 6 años): la educación sensorial comienza al nacer, pero de los dos años en adelante el niño comenzará a sentirse fascinado por las experiencias sensoriales (oído, olfato, gusto y tacto)

Es esta sensibilidad la que permite al niño ponerse en relación con el mundo externo de un modo excepcionalmente intenso.

Los períodos sensibles para el niño varían individualmente y son aproximados.

Saber en qué período sensitivo se encuentra tu hijo, puede ayudarte a comprenderlo mejor y a apoyar sus habilidades y necesidades propias de cada momento. Puedes ayudarle mediante juegos apropiados a cada período y aprovechar esa concentración del momento como método de relajación.

Mi hija siempre ha jugado mucho con objetos pequeños y cuando lo hacía estaba concentrada y relajada.

También puedes estimular sus sentidos ofreciéndole una cesta de tesoros. Jugará concentrado mientras saca los objetos uno  a uno y los observa detenidamente con todos sus sentidos.