Hoy te presento a Noelia, una estupenda mamá que nos cuenta su historia:
 
     

Hola!!! soy Noelia, aunque desde hace 17 + 9 meses me gusta que me llamen mami. Quería contaros como es Adrián, mi príncipe de ojos grises. Desde el embarazo sentimos que Adrián era movidillo, no paraba ni un momento en su casita redonda! Ya apuntaba maneras y me provocaba contracciones con sus juegos desde los 4 meses. 15 días más tarde de lo esperado, al fin decidimos ponernos de parto, justo cuando nos lo iban a provocar...y en 3 horas ya nos estaba mirando! Todo el mundo alucinaba por el parto tan bueno que habíamos tenido... (nos preparamos mucho durante los 9 meses para intentar que fuese así y realmente lo conseguimos) Y nosotros alucinamos más cuando en pleno paritorio ya miraba todo, las luces, a su papa, y a mi directamente a los ojos..., pesó poquito, 2,650, un kilo menos de lo que nos habían dicho, siempre me río al pensar que menos mal que se equivocaron para abajo y no para arriba! Yo pensaba que los bebés eran frágiles, y pesando tan poco más aún, pero no! El tío tenía una fuerza tremenda y sujetaba además el cuello solito casi desde el primer día, ya sabía lo que quería y decidió que mi teti sería a partir de ese momento su alimento, su único consuelo, su chupete, su biberón, su juguete... Todo. 





Naciendo en mayo y aprovechando el solecito, salíamos de paseo con nuestro súper carrito y nuestro bebe y... os puedo asegurar que nunca llegamos con el niño dentro de él! (Seguimos igual, sin amortizarlo) descubrimos y entendimos, con los días, que odiaba la posición de tumbado, quería ver! Y así no lo conseguía... Tuvimos que pedirle permiso al pediatra para cambiarle a la silla a los dos meses porque tampoco quería saber nada de portabebés, intentamos varios, todos ergonómicos y fue imposible. Sé que duele escuchar y leer esto, pero odiaba también a su padre, y a todo el mundo, el único ser del universo de mi hijo a partir de cierta hora de la tarde era yo... Ni dos minutos que duraba el cepillo eléctrico de dientes podía dejarlo con él... Ni con nadie. Nunca quiso dormir en su cuna, menos mal que desde antes de nacer ya teníamos la idea de colechar... Sus siestas eran de 20 minutos o menos y nos resultaba muy difícil tener vida social con el bebé (también seguimos igual) cualquier estímulo le encendía y las personas no suelen respetar cuando los bebés duermen o cuando no quieren ser cogidos por alguien que no sea su mamá...Olvido muchas cosas y otras que prefiero no contar pero lo hemos pasado mal... Y las cosas aún no están como nos gustaría, este enano precioso le ha dado la vuelta a nuestras vidas! 





Y en algún momento necesité respuestas, mi hijo era distinto a los demás bebés que conocíamos, no es malo, ni llorón, ni malcriado, ni tiene mamitis como la gente piensa...Yo sabía que no habíamos hecho nada mal, aunque a veces las personas te hagan dudar, pero tenía que encontrar algo para quedarme tranquila y lo más importante, para poder estar a la altura de este súper bebe, y voilá! La fórmula secreta a todo este enigma tenía dos letras claves AD! Alta demanda...Por fin... Redescubrí a Sears, me hizo esbozar una sonrisa y algunas lágrimas la primera vez que leí el concepto de alta demanda, de hecho imprimimos el artículo a modo de folleto para poder entregárselo a las personas cercanas (un error, por lo general no le dieron importancia). Deciros que adoro la psicología, pero no toda, sólo la que no experimenta, ni pone a prueba, ni intenta manejar los hilos a la fuerza y adiestrar una conducta...ya entendéis a que me refiero, me gustan Rosa Jové y Carlos González... Y ahora Sears, el padre de todos los conceptos que engloban nuestra manera de criar, no sabía que practicábamos la crianza con apego hasta que los leí, pero cuando los encontré vi que eso era en lo que yo creía y eso era lo que habíamos estado llevando a cabo... La lactancia, el porteo, el colecho y los mimos eran la fórmula mágica! Y me di cuenta que gracias a ese apego esas dos letritas serían mucho más fáciles de sobrellevar y que incluso nos harían disfrutar de la alta demanda de nuestro hijo.





Sí, Adrián es un bebé de alta demanda, y no lo estoy etiquetando como mucha gente piensa, simplemente lo defino, para conocer sus características y poder estar, como madre, a la altura de esos adjetivos. Pensé que si una de esas características es lo espabilado que ha sido desde el primer día y como me escucha cuando le hablo desde que estaba en la barriguita y como pone cara de "mami te estoy entendiendo" este peque tendría que decir muchas cosas...pero como? !Si no habla! Y aquí volví a encontrar otra fórmula magistral en nuestra aventura de ser padres...Los Signos! Hay personas que no tienen la capacidad de hablar y se comunican no? Pues descubrí un artículo que explicaba como eso mismo puede ser adaptado a los bebés y...voilá de nuevo! Súper mami empezó a investigar (defecto profesional, y algo que sí no hubiera hecho mi maternidad hubiera sido, siento el adjetivo, básica) y encontré todo un mundo de signos, manuales, vídeos, aplicaciones, diccionarios, relatos, y todos reflejaban bebés felices por poder expresarse... Justo lo que necesitaba con Adrián, saber lo que necesita en cada instante, para no dar paso a los lloros, al estrés, a la sobre estimulación... 

 



Empezamos un poquito tarde, a los 13 meses, pero con la ilusión de los resultados y mi inquietud, rápidamente me empapé de todos esos recursos gr acias a otra súper mamá, Claudia Cárter y su proyecto "Cincodeditos". Ella pone al alcance de todos, a través de un libro, muchos vídeos y demás medios, la lengua de signos americana para bebés adaptada a nuestro idioma y así empezamos a jugar a signar, porque así debe ser! Un juego divertido al ritmo de cada peque. Y por fin un día al mes y medio de empezar "el teatro" mi peque empezó a signar! "Por favor" fue su primer signo, y "gracias" el segundo, no os podéis imaginar los chantajes que nos hacía con esos dos signos...! (Yo he alucinado como un bebe puede entender y saber usar estos dos conceptos) Y pasaban los días y cada vez aprendía más y más rápido! Tanto que Adrián se tenía que inventar los signos porque yo no daba a basto a aprender más... Y llegamos al día de doy sabiendo más de 80 signos con 17meses... Entre dudas de la gente, y comentarios más en contra que a favor... la primera reacción es preguntarnos si no le estamos retrasando el momento de hablar, siempre les contesto que nos hemos informado muy bien y que evidentemente jamás haríamos nada que perjudicase a nuestro hijo, todos los estudios lo plantean como algo muy positivo para el desarrollo, la estimulación y las capacidades a corto y largo plazo, pero en realidad nos da igual, no sabemos que hubiera pasado de no leer por casualidad a Claudia, pero si sabemos que preferimos que nuestro hijo sepa signar 80 palabras y con ello poder comunicar casi todo, a un peque que esta aprendiendo a hablar y sabe tan sólo 5 palabras.





Aún después de estar defendiendo ante la gente diariamente el método, sólo tenemos buenas experiencias, anécdotas diarias, nos ha proporcionado sonrisas, lágrimas de emoción, bueno también algún agobio porque hay algunos que los hace parecidos y depende del contexto para saber a que se refiere... O al final del día que ya estamos saturados y se mezclan todos... Pero lo solucionamos rápido jugando a las adivinanzas! 





Es  un método perfecto para saber lo que piensa cualquier bebe, pero en nuestro caso particular, como papis de un bebe de alta demanda, ha sido la pieza clave para poder encauzar toda la vitalidad de Adrián y sabemos que será de gran ayuda de aquí en adelante para otras etapas que llegarán, como la de las rabietas y los miedos nocturnos o el momento quitar el pañal (aunque signa desde los 15 meses cuando tiene ganas de hacerlo!)





Unas anécdotas rápidas: Al igual que le ocurrió a otra mami que leí, Adrián un día no quería tomar teti y me signaba algo, descubrí al ratito que era bicho! Y es que tengo un lunar en la areola... Pobrecito, vio algo negro y pensó, mami me ha dicho que cuidado con los bichos, ni se tocan ni se comen Jajaja Le pude explicar lo que era, un inofensivo lunar y divertido me miró y volvió a mamar... Que hubiera ocurrido de no haberle entendido? A lo mejor hubiera sido el final de la lactancia. Y un día, estando con su papá por la noche en el jardín, empezó a llorar mucho y se agarraba a él muy fuerte, no había pasado nada y no entendíamos su reacción, el bebé nos signó susto y búho! Vivimos en el campo, y escuchó el sonido de un búho y le dió mucho miedo, se lo pudimos explicar y desde ese día sonríe y signa búho cuando lo oye.... O algo que a las mamis nos vuelve locas, si los zapatos les quedan bien o mal, y parece una tontería pero el enano nos signa cuando le hacen pupa... Sin los signos no hubiéramos sabido que le dolían, o que tiene miedo, o asco, o simplemente que tiene sed muchísimas más veces de las que yo le ofrecería agua, o que prefiere desayunar zumo, en fin, son seres que ya tienen voluntad, y yo soy feliz desde que sé lo que quiere, lo que piensa, lo que sueña y lo que necesita.





Podría seguir con muchas más historias, pero con todas el final sería el mismo, diversión, comprensión a edades muy tempranas, satisfacción de saber qué necesita tu hijo, disminución de rabietas porque entiendes lo que las desencadena, cercanía con sus sentimientos, sus sueños, y sus imaginaciones! (que a veces pienso que los peques serían grandes escritores de cuentos sí pudieran plasmar las historias que se imaginan) 





Y hasta aquí, sé que es un relato un poco extenso...pero lo he usado un poquito como terapia, como un grito en algún caso y espero además que os pueda servir de ayuda para animaros a signar! Gracias por interesaros por nuestra historia y hasta pronto! 





Adrián (junto a mí siempre que escribo) y Noe, Ah! Gracias a papi, sin él no tendría a mi vida pequeñita