No quiero que mis niños sean sumisos, que acepten todo lo que les digan sin cuestionarlo.
Quiero que tengan capacidad para pensar por sí mismos, para analizar de manera crítica las situaciones y poder tomar sus propias decisiones.
Quiero que tengan conocimiento para razonar y elegir lo que más les convenga.
Quiero que sientan seguridad para poder decidir sin necesitar la aprobación de los demás.
Los niños de alta demanda tienen las ideas muy claras, son persistentes y tienen un elevado sentido de la justicia, lo que les lleva a no aceptar las cosas así como así.
Los niños de alta demanda no aceptan la autoridad porque sí, necesitan entender el motivo de las cosas.
A los niños de alta demanda no les gustan las ordenes y necesitarás negociar para llegar a un acuerdo.
Viendo estas cualidades tengo bastante claro que a mis hijos no va a ser fácil que les mangoneen y que intenten convencerles de algo que no quieren, lo cual es fabuloso.
Aunque tengo que confesar que las poquísimas veces que mis hijos a la primera y sin protestar me dicen: «Si, mamá», a alguna de mis propuestas cotidianas: lavarse las manos, ponerse el pijama…….me encanta y lo disfruto un montón.