Llevo más de 7 años dedicándome en cuerpo y alma a mis niños, atendiendo sus necesidades, formándome para entenderles y atenderles mejor, preparando actividades de todo tipo para educarles de una manera divertida y efectiva. Eso no quiere decir que en estos años no haya hecho nada más, pero realmente lo más relevante ha tenido que ver con niños, ya sean propios o ajenos: escribiendo libros contando mi experiencia y ayudando así a muchas familias a entender mejor a sus niños de Alta Demanda, en los talleres, charlas, cursos…..

Durante los últimos años mi vida ha girado en torno a la Alta Demanda, siempre con la antena puesta para captar todo lo que mis hijos hacían o sentían, para ver cómo ayudarles y ver cómo utilizar esa información para ayudar a otros niños de Alta Demanda.

Pero hoy vuelvo a mi antiguo trabajo, ese que dejé aparcado para atender a mis hijos al 200%. Mis niños han crecido (7 y 3 años) y ya no me necesitan tanto. Ahora de su educación se ocupan otras personas en las que confío plenamente y yo he decidido desempolvarme y recuperar una parte de mi vida que tenía aparcada.

Hoy vuelvo a mi trabajo con una mezcla de ilusión, ansiedad, dudas y también miedo. ¿Recordaré lo que tengo que hacer? ¿Estaré preparada para aprender cosas nuevas? ¿Seré capaz de hablar de algo que no tenga que ver con la crianza o la educación de niños intensos? ¿Saldré muy cansada? ¿Podré atender a mis hijos como hasta ahora? ¿Podré seguir ayudando a otras madres?

Hoy recupero un poco de mi vida y …..siento vértigo. Un nuevo cambio para empezar el año, cuando aún no he terminado de encajar los anteriores.

Un paso adelante, una respiración profunda y ……allá voy!!!!!

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