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Los bebés de alta demanda suelen ser bastante precoces y en seguida aprenden a decir la palabra no, y a usarla con determinación.
Comienzan a emplearla al mismo tiempo que comienzan con las rabietas y es su manera de expresarse, de demostrar que son seres independientes y con las ideas muy claras.
Muchas veces los niños expresan su desacuerdo con nosotros y en vez de escucharles y pensar si tienen razón o si se pueden hacer las cosas de otra manera, reaccionamos de forma automática enfrentándonos a ellos.
En ese momento empezamos una lucha sin sentido en la que realmente dejamos de tener claro el porqué de esa situación.
Los niños se sienten frustrados e incomprendidos, por lo que sus negativas irán en aumento y desembocarán en rabieta.
Los padres sentimos que están desafiando nuestra autoridad.
Ambas partes queremos salirnos con la nuestra y no estamos dispuestos a ceder.
Probablemente la situación no termine muy bien.
En lugar de eso podemos comportarnos de manera más adulta, pensando si realmente pasa algo si el niño no quiere hacer eso que ha provocado la lucha. Muchas veces todo empieza por cosas sin importancia que pueden hacerse de otra manera, o más tarde o incluso no hacerse.
¡Qué más da si el niño no quiere bañarse hoy o no quiere ponerse el conjunto monísimo que le regaló la abuela porque con él no juega a gusto!

Tenemos que intentar ser un poco flexibles y pensar en la verdadera importancia de las cosas. Dicen que un buen truco para esto consiste en pensar: ¿Realmente esta situación tendrá importancia mañana? Y en base a nuestra respuesta decidir, pero de una manera racional, no automática.

Para evitar algunos de esos no, podemos hacer algunas cosas:
– Ofrece 2 opciones para que pueda elegir: ¿quieres ponerte la camisa azul o la camiseta verde?
– Dándole independencia y responsabilidad. A veces no les dejamos hacer nada y ellos quieren tomar sus propias decisiones.
Con el tiempo, podemos enseñar al niño a decir no con educación, en lugar de hacerlo de una manera desafiante. Siempre será mejor que el niño diga: «Mamá, no me apetece hacer esto» a que grite: Nooo quiero hacerloooo.
 
Para enseñarles, la mejor opción es con el ejemplo. Los niños siempre van a imitar lo que nosotros hacemos. Si nosotros le decimos que no a todo lo que quiere hacer, sin explicaciones, y de manera autoritaria eso mismo es lo que él va a hacer después.
De qué manera podemos minimizar los no que nosotros usamos con nuestros hijos:
 
– Dejándo la palabra no para las cosas importantes o peligrosas.
– Diciéndole lo que debe hacer en lugar de lo que no debe hacer.
– Adecuando la casa de modo que pueda moverse en libertad. Si tienes la casa llena de figuritas carísimas, probablemente no dejes a tu hijo tocar nada y repetirás el no continuamente.
– Dale tiempo a reacionar. A veces vamos con prisas y no les dejamos ni contestarnos por lo que se pondrán nervisosos y no querrán hacer las cosas.