Eres una mamá de un bebé o un niño de Alta Demanda. Sabes que tu hijo es diferente porque miras a tu alrededor y no puedes hacer nada de lo que ves hacer al resto de mamás. Tu hijo te provoca sensaciones contradictorias que te cuesta gestionar. 
Hay diferentes estados en los que podemos encontrarnos las mamás de niños de Alta Demanda, vamos a ver cuáles son y cómo los podemos afrontar.
 
Estado suave
Conoces las necesidades de tu hijo. Te esfuerzas por atenderle de la mejor manera posible y consigues cierto grado de armonía en tu día a día. A veces pierdes los nervios pero sueles tener bastante paciencia.
Tienes sintonía con tu hijo así que te adelantas casi siempre a sus peticiones. Las pocas veces que no lo consigues te das cuenta rápidamente y rectificas tu error.
Qué hacer 
 
Lo estás haciendo muy bien. Sigue observando a tu hijo, a la vez que te observas a ti misma y si algún día no llevas las cosas tan bien no te preocupes, eres una persona y tú también tienes tus días malos. Lo que cuenta es que la mayor parte del tiempo tu familia funciona de una manera saludable.
 
Estado moderado
Intentas escuchar las necesidades de tu hijo pero chocan con la educación que tú misma has recibido en tu infancia así que te resulta difícil. Te sientes entre dos aguas, no quieres hacer las cosas de la misma manera que te hicieron a tí porque sientes que no es lo más apropiado para tu hijo, pero muchas de tu reacciones son automáticas y sin darte cuenta reproduces lo mismo que tú viviste.
Qué hacer
 
El primer paso es ser consciente de ello. Tú ya sabes que quieres hacer las cosas de manera diferente y aunque no todos los días lo consigues si tienes constancia lo lograrás. Mientras tanto acepta tus errores y comunícaselos a tu hijo. De esa manera también él aprenderá.
Estado severo
La maternidad te desborda. No entiendes a tu hijo y no te ves capaz de afrontar el día a día. Recurres a los gritos y a las amenazas para que tu hijo haga lo que tú crees que debe hacer y no te funciona. Lo que hace que te deseperes cada vez más y entres en un estado de nervios y estrés que no hacen bien a nadie.
Los niños de Alta Demanda no aceptan la autoridad porque sí, necesitan entender las cosas y mucha comunicación. Jamás van a aceptar un «porque yo lo digo» 
Qué hacer 
 
Lo primero que tienes que hacer es tomarte las cosas con tranquilidad. Escucha a tu hijo, conócele para que puedas entender  porqué actúa de determinada manera. Los niños nunca piden lo que no necesitan, pero para averiguar lo que te está diciendo realmente tienes que tener mucha comunicación con él y mucha paciencia.
Desconecta de vez en cuando, aunque solo sean 5 minutos al día. 
Respira hondo y recuerda que todo pasa y que de todas estas experiencias puedes aprender.