Las rabietas son una característica normal en el desarrollo psicológico de los niños. Es la forma de expresar su disgusto y de demostrarnos que se están haciendo independientes. Es una manifestación de ira o frustración ante una situación que el niño no puede controlar.
 
Las rabietas suelen ser típicas alrededor de los 2 años, aunque hay niños que las tienen antes como es el caso de los niños de alta demanda. Estos las tienen antes (alrededor del año), duran más y son más fuertes. Esto es debido a sus características:
 
– Son niños más despiertos que desde que nacen miran con curiosidad el entorno.
– Son obstinados y tienen claro lo que quieren.
– Tienen una alta sensibilidad emocional.
 
Además hay que tener en cuenta otros factores que puden propiciar una rabieta y que son tan simples como: hambre, sed, sueño, cansancio, exceso de estímulos, estrés. Estos factores se pueden intentar prevenir para que no desemboquen en una rabieta.
 
Pero los factores que provienen de su manera de ser, de sus caracterísiticas concretas son más difícles de prevenir.
 
Hasta ahora esto era una etapa más que cada familia pasaba de la mejor manera posible, sabiendo que aunque difícil, forma parte del desarrollo del niño y que antes o después pasa, cuando vayan adquiriendo lenguaje para comunicarse mejor y autocontrol para gestionar sus emociones.
 
 
Pero a partir de ahora deberemos andar con cuidado ya que la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) ha decidido que las rabietas se consideren un trastorno. Y lo va a incluir en su Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM).
 
El DSM es como la «biblia de la psiquiatría» y es utilizado por los profesionales de la salud mental.
 
Eso sí, solo se considerará trastorno si se producen al menos 3 ó más veces a la semana durante al menos un año.
 
Y digo yo, las personas que han decidido esto ¿no se enfandan nunca? Porque las rabietas de los niños son los enfados de los adultos (algunos adultos también tienen rabietas)
 
Si los adultos que en teoría tenemos autocontrol sobre nuestras emociones,muchas veces nos enfadamos, ¿cómo va a expresar su disgusto un niño que aún no sabe expresarse, que no domina el lenguaje, que encuentra obstáculos diarios que no sabe/puede solucionar, que no tienen control sobre sus emociones?
 
Los niños de alta demanda al ser más curiosos, más despiertos, interaccionan antes con el mundo y muchas veces su cabeza les lleva a hacer cosas para las que su cuerpo aún no está preparado, entonces se frustran y se enfadan. 
También son perfeccionistas y si algo no sale como quiere, se enrabietan.
Vamos que tienen muchas papeletas para tener muchas rabietas, más de tres a la semana, y eso a partir de ahora si llevas a tu hijo al médico puede ser considerado un trastorno con  lo que eso conlleva, es decir medicación.
No teníamos bastante con que a nuestros inquietos niños que solo buscan satisfacer su gran curiosidad y sus ganas de aprender, les puedan diagnosticar como hiperactivos que ahora les van a poder diagnosticar con este nuevo trastorno llamado: Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo.
 
Por eso es tan importante conocer las características de los niños de alta demanda, y conocer sus necesidades y saber porqué son inquietos y saber porqué tienen rabietas, porque si nosotros, sus padres, tenemos claro que todo esto entra dentro de un desarrollo normal, no necesitaremos que ningún médico nos haga un diagnóstico erróneo que puede ser tan perjudicial para los niños.
 
Dejemos a los niños ser niños.