Durante 7 largos años esa ha sido mi realidad.
Cuando nació mi hija, el tiempo dejó de tener la misma percepción para mí, todo mi tiempo lo ocupaba ella, las 24 horas del día. Fue extenuante, agotador, creo que eso es algo en lo que todas las mamás de niños de Alta Demanda estamos de acuerdo.
Además de atender todas sus necesidades básicas, decidimos encargarnos personalmente de su educación, así que parte de mi tiempo era para preparar actividades y parte para estar con ella haciendo esas actividades. Muy gratificante, muy divertido, pero seguía sin tener tiempo para nada más.
Luego llegó el pequeño y aquí sí que el sentido del tiempo pasó a una nueva dimensión. Aún menos tiempo para hacer….pues no se realmente qué es lo que quería hacer pero no tenía tiempo (aunque eso tampoco era así del todo, porque este blog nació unos meses más tarde que mi pequeñín)
La cuestión es que entre los niños, su educación, el blog….no tenía tiempo para nada, nunca.
Hace poco más de dos meses y casi de la noche a la mañana, eso cambió. Mis niños empezaron a asistir al cole. Al principio yo iba con ellos, necesitábamos todos un período de adaptación. Mi hija el primer día ya se quiso quedar sola (esa que no quería salir de mis faldas hace no demasiado tiempo) y el pequeñín, mi pequeñín quiso que estuviese por allí unos días, pero tampoco es que me hiciera mucho caso. Así que un día, mucho antes de lo esperado, las profes me dijeron que me fuese a casa y que si hacía falta ya me llamarían.
Pero ¿cómo, que ya no hago falta? ¿que mis niños están tan bien aquí que me puedo ir? Anda, pues mira que bien, pensé, ahora por fin voy a tener tiempo para hacer…..pues no sé, ya veré lo que hago con ese tiempo.
El primer día me parecía muyyy raro estar en casa sola, y no podía concentrarme en nada. Los niños se habían adaptado muy bien y muy pronto al cole, pero yo necesitaba un período de adaptación mucho mayor. Pensé que era cuestión de unos días y que después me pondría las pilas para hacer….pues no sé lo que tuviese que hacer. Pero no, los días pasan y los meses y yo sigo en una especie de bloqueo raro, me siento cansada a pesar de dormir mucho más que antes, no tengo tiempo para hacer nada, a pesar de tener muchas más horas disponibles que antes, y cuando me pongo a hacer algo, no me apetece, me bloqueo, me cuesta….
Ainss, los cambios, esos que llevan tan mal nuestros niños de Alta Demanda, a mí me están costando un montón. Estar sin los niños, delegar su educación (aunque están en las mejores manos), conducir todos los días varias veces (cosa que no hacía antes)…y aún queda otro gran cambio y es que en enero y despues de casi cuatro años me incorporo a mi antiguo trabajo.
¿Sobreviviré a tanto cambio? ¿Seré capaz de encontrar el equilibrio y conciliar todas las nuevas facetas de mi vida? ¿Encontraré tiempo en algún momento para hacer…lo que sea que quiera hacer?
¿A ti no te pasa que siempre piensas si tuviese tiempo todo lo que haría? ¿Y que si un día el papá se lleva al peque al parque y tú te quedas sola en casa, no haces gran cosa con ese tiempo? Puede que te pase como a mi, que te quedes ensimismada pensando, sin saber que hacer y que cuando sabes que van a llegar te entren las prisas por limpiar, ducharte, leer…o lo que fueses a hacer.
Pues eso me pasa a mí, que por primera vez en muchos años tengo tiempo y ahora no sé qué hacer con él. Me pueden las emociones y el bloqueo, pero pasará porque como les pasa a nuestros niños, es solo una etapa más que superaremos. Pero está siendo una etapa rara de narices, y esta vez no por los niños sino por mí.
Totalmente de acuerdo, cuando no tengo tiempo no hago mas que pensar que haría si lo tuviera, y cuando se llevan al peque 30 minutos no se ni por donde empezar y al final muchas veces acabo apuntándome al paseo con ellos o cuando tengo el tiempo estoy tan agotada que no puedo hacer nada.
Suerte en tu nueva etapa, a mi me parece tan lejano eso de la reincorporación y ahora lo echo en falta, un poco de vida de adulta. Quien sabe cuando llegue el momento, añorare esta etapa. Curioso como somos, no?
Gracias Sonia, yo también lo veía lejano pero el tiempo pasa muy deprisa, por eso tenemos que disfrutar todas las etapas 🙂
Esto me hace preguntarme qué haré el día que tenga un rato libre cuando mi hijo pequeño vaya al colegio… Me parece tan, tan lejano! 🙂
Sí, sí, síííí es lo que pasa!!!! Jajajaja
También va bien tener un tiempo a solas con una misma para no hacer nada…
Y gracias por el bog, y todas las actividades 😉
Solía pasarme lo mismo cuando mis hijos eran pequeños. Deseaba que fueran al parque y disponer de un tiempo personal para mí. Cuando sucedía no paraba de mirar el reloj y desear que volvieran. Todo aquello que esperaba hacer pasaba a un segundo plano cuando pensaba en ellos. Qué curioso y complejo es el pensamiento de las madres. Me gusta tú blog. Gracias por ese artículo que me recordó un tiempo pasado, las palabras exactas que tan bien me definían.
Es que las madres somos muyyy complejas 😉
Gracias por tu comentario Pepa!!!
Ja, ja, ja! Yo los primeros días de cole, en plena adaptación, tuve un ataque de ansiedad en toda regla. Y disimulando por mi peque. El primer día que se quedaba un ratito sola la acompañó su padre, mucho más tranquilo que yo. El hecho de no estar presente en sus vivencias, de no saber que le estará pasando, lo llevaba fatal. Pero también estaba superagobiada de tener que estar siempre con ella. Qué contradicción! Empecé a tranquilizarme, a dejarla con la confianza de que estará bien (total, en el parque conmigo también tenía experiencias desagradables con otros niños que no podía evitar ).
Yo creo que el punto crucial aquí es la cesión del control a otras personas y a tu propia hija. Librarse de la creencia de que sólo tú puedes darle lo que necesita (estoy hablando de niños de ya casi 4 años, antes, mejor con mamá). Las mamás AD somos las más preocupadas del mundo!
El caso es que sólo dispongo de unas 2 horas libres, y me concentro en hacer compra, recoger la casa, preparar la comida, se me pasa volando. Pero por fin puedo respirar, me siento libre, ese ratito me pone las pilas, y estoy de mejor humor que antes. Quién me lo iba a decir, me siento libre y feliz haciendo tareas domésticas!
Y ella está aprendiendo que puede tener buenas experiencias y descubrir cosas nuevas sin mí 😉
Creo que también es un gran aprendizaje para ella.
Es todo un aprendizaje tanto para ellos como para nosotros 🙂
Un abrazo Begoña!!!