Hoy ha sido un día de esos particularmente difíciles. Desde que nos hemos levantado parecía que las cosas iban torcidas, malas caras, protestas, enfados…..
Hemos ido a hacer unos recados y la cosa se ha complicado aún más.
Como una gran bola, a medida que iba pasando el día, íbamos acumulando más de todo: nervios, malhumor, malas caras.
A media tarde hemos salido a dar un paseo y parece que la cosa se empezaba a relajar cuando se ha puesto a llover y nos hemos tenido que volver a casa. 
Así que después de un largo y agotador día, hace un ratito por fín se han quedado dormidos y he venido al ordenador a sentarme dispuesta a escribir un artículo con muchas de las ideas que a lo largo del día me han venido a la cabeza, y sabes ¿qué ha pasado? que me he quedado en blanco. 
He estado un largo rato mirando el ordenador sin escribir una palabra, esperando que me llegase la inspiración y pusiera orden a todas esas ideas. Pero no ha pasado nada. Mi cerebro hoy está tan agotado que soy incapaz de pensar con claridad. Por mucho que lo intente no puedo hacerlo, así que lo mejor será que me vaya a descansar.
Y es que ser madre de dos niños intensos puede resultar tremendamente agotador.
Si sientes que de vez en cuando a tí también te pasa, no te preocupes, es normal. La maternidad de niños de alta demanda requieren un gran esfuerzo físico y mental. 
Cuando sientas que ya no puedes más tómate un tiempo para desconectar, no pienses en nada importante.
Todo pasa y mañana será otro día.