Nueva sección el blog en la que vamos a conocer mejor a los grandes olvidados de las familias con bebés y niños de alta demanda: los papás. ¿Sabemos cómo se sienten ellos?

Con las siguientes preguntas estoy segura que descubriremos muchas cosas.

Hoy conocemos a Pedro, un papá muy comprometido.

1.       ¿Cómo conociste el término alta demanda?
               
                Desde que nació nuestro primer hijo, tuvimos que enfrentarnos a un tipo de cuidados y de crianza que no era la que todo el mundo te contaba, ni la que habíamos leido en libros. Cuando todos nuestros recursos fallaron, mi mujer empezó a investigar en otros modos de cuidado, y de ahí a llegar al término de bebé de alta demanda fue solo un paso.
               
2.       ¿Qué pensabas cuando veías que tu hij@ se comportaba de una manera diferente a los demás? ¿Lo entendías?
No lo entendíamos de ninguna manera. Nos esforzábamos al máximo por darle un tipo de cuidados que nosotros pensábamos que era lo que necesitaba, y ante su rechazo nos culpábamos de no estar haciéndolo bien. Era frustrante no poder dejar tu hijo en el carro, o en la hamaca, porque necesitabas 10 minutos para cocinar, o ducharte, o hacer la colada.
3.       ¿En algún momento te sentiste rechazado por tu hij@ o alejado del núcleo familiar?
               
                Creo que no era rechazo por su parte, sino que,ante la falta de entendimiento, el lo demostraba como podía, que era con su llanto.
4.      ¿Entendías y apoyabas a tu pareja o por el contrario creías que ella era la “culpable” del comportamiento de tu hij@?
                Afortunadamente , con mi pareja tengo una relación muy franca y nos entendemos a la perfección. En ningún momento pensamos que había un culpable, ni nosotros ni nuestro hijo. Cuando entendimos que con lo que hacíamos no era suficiente, decidimos buscar nuevas alternativas.
5.      ¿Compartías con tu pareja algún momento de la crianza?
                Claro, en todo momento la crianza de nuestros hijos es cosa de los dos. Naturalmente, a veces tenemos ideas o enfoques distintos, pero en lo general no tenemos ni que ponernos de acuerdo.
6.       ¿Estabais de acuerdo en lo que teníais que hacer?
                Sabíamos que teníamos que cambiar algo,  aunque no sabíamos el qué. Eso fue un trabajo de mi mujer, leyendo blogs, investigando, etc.., hasta encontrar alguna pauta o comportamiento parecido en niños que nos ayudase a entender al nuestro y a procurarle un mejor cuidado.
7.       ¿Crees que tener un hijo de alta demanda ha cambiado tu relación de pareja?
                Indudablemente. En primer lugar, te hace replantearte todas las ideas o sueños que nosotros, como padres primerizos, teníamos sobre la crianza y cuidados de nuestro hijo. Eso te obliga a involucrarte más en todos los aspectos, porque no hay ningún manual o receta a seguir. En segundo lugar ,  debes soportar continuamente consejos de familiares, amigos, conocidos, etc, que , aunque con ánimo de ayudar, no hacen más que confundir o dar consejos que con tu hijo no funcionan, y que a veces no reaccionan muy bien cuando no sigues su dictado.
Por último, debes hacer frente a la atención constante que requiere tu hijo,lo que te deja muy poco tiempo y espacio para atenderte a ti mismo y a tu pareja.
8.       ¿Cómo es ahora la relación con tu hij@?
                Mis hijos son unas criaturas maravillosas, inteligentes y dulces, aunque con genio cambiante y que requieren  constante atención. Nos lo pasamos muy bien, aunque como todos tenemos bastante genio, a veces hay tormentas, que siempre pasan.
9.      ¿Hay alguna cosa que te gustaría que fuese diferente en tu hij@?
Podría decir que me gustaría que fuesen más independientes, que jugasen solos o no necesitasen que estuviese siempre con ellos , pero entonces me habría perdido multitud de momentos de su infancia que no volverán a pasar. No , no me gustaría que fuesen diferente.
10.  ¿Qué crees que aportas tú a la unidad familiar?
                Me gusta pensar que soy el refuerzo y el apoyo de mi mujer, que afortunadamente, puede pasar todo el día con nuestros hijos. Intento aportar un poco de tranquilidad y orden en el maremagnum en que acaba convirtiéndose el día a día, jugando con mis hijos, pasando todo el tiempo que puedo con ellos ,  e intentando estimularles la curiosidad y las ganas de conocimiento, viéndolos crecer contentos y felices.