Hoy estrenamos sección en el blog. En ella tú eres la protagonista. Envíame tu historia: Cómo supiste que tu bebé era de alta demanda, tus sensaciones, tus miedos, lo que quieras compartir…. a monica@crianzadealtademanda.com


Nuestra primera invitada es Mónica Sotelo. Puedes leer el relato en su blog Mario y Mamá.

Niños de Alta Demanda
Mi hijo es un niño de alta demanda. Y mucha gente se preguntará ¿y eso de alta demanda… si todos los niños demandan? Todos demandan, pero no todos son de alta demanda. Este tipo de bebés o niños reúnen unas características especiales y, para que se entienda mejor el concepto, voy a empezar por dónde todo empezó. 
 
Mario nació de un parto bastante largo y algo traumático, por suerte, solamente para mí ya que el no sufrió nunca. Lo resumo en: parto provocado por fisura de bolsa con oxitocina a grandes dosis que terminaron siendo 27 horas de parto y um alumbramiento ayudado por miniventosa, ahí es nada. El primer día en el hospital fue perfecto, pero el segundo ya pasó bastante rato llorando y solo quería teta o estar con mamá. Era increíble porque según se acercaban mis manos a su cunita el niño iba callando. Pensamos que sería ocasional pero no fue así. En casa también dormía poco y quería estar encima de nosotros. A la semana le ingresaron por ictericia y durante los seis días de hospitalización fue un horror para él y sobre todo para mí porque nos sentimos muy solos y la lactancia materna también se vio afectada (solo podía darle de mamar rigurosamente cada 3 horas y de noche nada). 
Cuando Mario volvió a casa empezó a llorar quizás más de lo que antes y a partir de ahí la vida cambio por completo porque NO pudimos hacer nada (al menos tranquilos) que otros padres con niños de esa edad hacían. Incluso sacarlo a pasear en el cochecito era un dilema, no aguantaba más de 15 minutos y yo (su madre) venía con niño en brazos y las bolsas de la compra en el carro (a veces pensé si lo había comprado para el niño o como carro de compra…). La única manera de poder pasear tranquilos era llevarlo encima, en brazos o en su mochila que feliz cargaba papá. Tomar algo en una terraza en verano (Mario nació en abril) era misión imposible, al poco de estar sentados pedía teta o lloraba y ya o paseabas con el pequeñuelo boca abajo por toda la acera o nos íbamos de vuelta a casa. Hasta vídeos grabé para enseñárselos cuando sea mayor de esas lloreras tontas estando limpio, comido y sano. No se entretenía más de 10 minutos con un mismo juguete, la hamaca apenas la usó más que para cuando le dábamos de comer (gran invento eso de ponerla encima de la mesa con los primeros purés) y el columpio tampoco es que fuera de su agrado. El parque creo que lo usó solo para morderlo cuando le estaban saliendo los dientes y de los 4 a los 11 meses se despertaba mínimo 4 veces en la noche. Esto coincidió con mi reincorporación al trabajo con lo que a veces iba un poco zombi, he de reconocerlo. Con el cambio capazo-silla mejoramos un poco el paseo pero aún así hubo que seguir utilizando mochila o brazos muchas ocasiones (y aún hoy con 2 años pide mucho brazos). Mario seguía llorando mucho si se quedaba sólo y yo no podía ni ir a hacer pis sin él encima muchas veces (literalmente).  
En este punto estaba (ya cumplido el año) cuando miles de preguntas rondaban mi cabeza. ¿Por qué este niño llora tanto? ¿Por qué no puede quedarse un momento en su hamaca en lo que hago la comida? ¿Por qué en cuanto ha dado mil vueltas al juguete y sabe todo lo que hay ya no le hace caso? ¿Por qué tiene que estar siempre en brazos de mamá o papá para estar feliz y con esa sonrisa? ¿Por qué es taaaan sensible? Y la pregunta del millón: ¿Le pasará algo o estará enfermo y no lo sabemos? Tengo que decir que su pediatra me aseguraba que estaba bien y que solo era eso, un pequeñuelo lloroncete. 
Un poco desesperada (todo hay que decirlo) y casi jurando que tras el parto horroroso y este niño tan demandante que tenía NO tendría más (jajaja), me puse a buscar en internet por si encontraba algo o alguien con las mismas características o pautas para sobrellevar la situación. 
El caso es que encontré en varias páginas algo que hablaba
de niños de alta demanda y del DR SEARS así que como loca seguí investigando hasta dar con los escritos de este pediatra estadounidense. Con sus descripciones veía a Mario reflejado y ya no había duda: Mario es así. 
 
Sears, padre de ocho hijos, utilizó por primera vez esta denominación para definir el comportamiento «diferente» de su cuarta pequeña, Hayden: un bebé absorbente, hipersensible, incapaz de calmarse con los estímulos normales. En definitiva, era una niña que reclamaba mucha más atención de lo habitual. Este especialista es el precursor de la denominada crianza con apego, un modelo de paternidad que apuesta por la creación de un sólido vínculo emocional entre padres de hijos y el ofrecimiento de una atención individualizada a sus necesidades. Una teoría que en España ha sido apoyada y difundida sobre todo por el pediatra Carlos González, autor de varias obras de referencia para los partidarios de los modelos de crianza no conductistas.


Las características de estos niños, según Sears, son:
  

  • Son más intensos que los otros bebés: lloran más alto, sonríen con gusto y protestan con más fuerza.
  • Son hipertónicos, hiperactivos y les cuesta relajarse.
  • Son absorbentes
  • Maman frecuentemente.
  • Son demandantes. Nunca tienen suficiente y siempre todo lo piden con urgencia exagerada.
  • Les cuesta conciliar el sueño y también mantenerse dormidos. Cualquier ruido o movimiento los despierta.
  • Se muestran insatisfechos.
  • Son impredecibles. Las rutinas a veces no sirven.
  • Son hipersensibles. Cualquier cosa les excita, están en estado continuo de alerta, son empáticos y se sobresaltan con facilidad.
  • Necesitan más que ningún otro bebé el piel con piel. Necesitan estar sobre uno.
  • No se calman solos.
  • Viven en constante angustia de separación.
También he encontrado estas otras características:

  • Tienen los ojos grandes y siempre muy abiertos, observan todo con atención desde el primer día.
  • Sujetan la cabeza casi sin ayuda nada más nacer y no aceptan la posición tumbada: quieren estar siempre erguidos 
    mirando todo.
  • No permiten que se les deje ni un segundo alejados del cuerpo de su madre (día y noche).
  • A estos bebés no les gusta ir en coche: lloran de un modo desesperado.
  • No toleran la cuna, el carro, algunos ni siquiera los portabebés: solo quieren brazos y más brazos.
  • No les gusta el baño y es muy difícil hacerles tomar medicinas.
  • No dejan que ninguna otra persona les coja, lo cual dificulta mucho las revisiones del médico. 

NO tienen por qué reunir todas las característica pero si (y lo sé por experiencia) la mayoría. Mario por ejemplo hay días que duerme muy bien, la ducha si le gusta y comer come genial. Pero el coche hasta hace poco no le gustaba, quería mamar cada poco, lloraba enseguida… reunía todo lo demás. Incluso me preocupaba la guardería porque tienen que compartir cuidador y ellos muchas veces necesitan exclusividad y sufren si no se les atiende de inmediato. Mario ya estaba en la guardería cuando yo descubrí esto y ya caminaba (esto les da mucha independencia). Pero de todos modos creo que no tuvo muchos problemas, la cuidadora que lo atendió de bebé es muy experta y a él le encanta estar con otros niños, incluso no quiere parque si no hay niños. 
Hay que decir, por supuesto, que un bebé al que no se le atiendan sus necesidades básicas, se le dejar llorar en la cuna o uno que no coma estupendamente o que no duerma bien, no es un bebé de alta demanda. Son niños que lloran y están insatisfechos por una razón o simplemente es una característica más suya. Con los niños de alta demanda es distinto.
 
Las cosas cambian cuando el niño empieza a moverse por sí sólo y a hablar, al menos en mi caso. Se debe a la independencia que adquieren y al poder expresarse sin recurrir al llanto. Son niños a los que le iría muy bien aprender a signar (comunicarse por signos) pero esto yo lo descubrí cuando el mío ya hablaba así que tampoco investigué mucho, la verdad.
Por otra parte, estos pequeños niños o bebés también tienen muchas cualidades buenas que los hacen especiales. Son muy expresivos, muy enérgicos y que despiertan mucho interés ya desde recién nacidos porque están muy despiertos. Sears dice que las características agotadoras de estos bebés terminan transformándose en cualidades positivas: empatía y capacidad de análisis, la observación, el entusiasmo por lo que los rodea y una enorme creatividad. Incluso hay niños de alta demanda que son niños de altas capacidades. Yo me sorprendo mucho con Mario, aprende enseguida, es un investigador nato de cada cosa y cada rincón; a pesar de llorar, cuando ríe es increíble porque es muy emocional y es súper súper cariñoso, mimosete y muy bondadoso, no soporta ver a alguien triste, no es feliz si los que están a su alrededor no lo son.
A medida que crecen, estos niños, se convierten en adultos fascinantes si sabemos ofrecerles en contexto adecuado para su desarrollo. De jóvenes y adultos, según los expertos, son personas profundas, apasionadas, ingeniosas, dominantes, porfiadas, resueltas, persistentes, perspicaces, justas, sociables, compasivas, empáticas, inquietas y afectuosas.

Ahora mismo con Mario nosotros estamos en la época de las rabietas, que en estos niños suelen aparecer antes y suelen durar más. Así que tocó informarse de nuevo y encontré algo que a mí me vino muy bien: un blog. En el mi tocaya Mónica ayuda a padres y madres como nosotros y, aunque considero que lo hemos llevado bien, viene genial poder contar con blogs así. Pautas que me han parecido extraordinarios para luchar contra sus rabietas son:

  • Ofrecerles comida antes de que estén hambrientos.
  • Bajar el ritmo antes de que estén agotados porque si se les pasa el sueño es peor.
  • Si hablamos por teléfono o con otra persona y no le prestamos atención luego nos necesitarán un rato en exclusiva.
  • Avisar de los cambios con antelación
  • Mejor hacer menos cosas pero de manera tranquila para no aumentar su nerviosismo.
·           
Las causas de por qué hay niños así pueden ser varias. Realmente no es una enfermedad, no son niños hiperactivos, tienen hiperactividad en aquello que les interesa y en el sentido de que necesitan estar haciendo algo siempre y estar motivados, la monotonía no va con ellos. Se dice que hay varios factores que influyen en tener o no un bebé nervioso o altamente demandante pero ninguno es causa única. De hecho, el principal factor es genético (yo creo que yo misma era una niña un poco del estilo por lo que mi madre cuenta y su tío por parte de padre también). Factores ambientales también pueden influir en esto: el estrés durante el embarazo (embarazo de riesgo, situación económica difícil, un accidente, la muerte de un ser querido…), un trauma perinatal o postnatal (parto prematuro o parto largo, separación bebé madre de forma prolongada al poco de nacer…). En mi caso hay factores que si se cumplen como por ejemplo que murió mi abuela estando yo embarazada, no tuve un embarazo de riesgo pero si varios ingresos hospitalarios por distintos motivos, mi parto fue muy muy malo y Mario y yo estuvimos separados cuando lo ingresaron.
Lo que sí quiero que quede claro es que no son niños extremos, simplemente hay que saber entenderlos y darles lo que necesitan, no son los primeros ni serán los últimos. Desde mi punto de vista, a pesar de tener que hacer muchas cosas con él encima, de que cada cosa que se hace quiere saber para qué y cómo, de que a veces necesite llorar para desahogarse (y digo necesite porque más de una vez le he preguntado tras decirle si quería a, b o c… qué necesitaba realmente y me dijo «llorar»), a pesar de que canse mucho y tengas que andar con 1001 ojos porque investiga lo inexplicable, de haber tenido que modificar más que otros papás y adaptar la vida social, de que no quiera quedarse solo más de 5 minutos, CREO FIRMEMENTE que son niños a los que se le puede y DEBE SACARLES PARTIDO. Enfocar lo positivo de ellos, sus cualidades en cada etapa y explotar ese pequeño mundo lleno de posibilidades que, muchas veces, ellos mismos crean para nosotros.