Seguimos con nuestra sección en el blog, en la que  tú eres la protagonista. Envíame tu historia: Cómo supiste que tu bebé era de alta demanda, tus sensaciones, tus miedos, lo que quieras compartir…. a monica@crianzadealtademanda.com

Hoy os presento a Alexandra Alemany:


Hola Mónica,
Soy Alexandra Alemany, mamá de Arnau de 5 años y Pau de 3 años y, además, maestra de Primaria.
Siempre me han gustado mucho los niños y los bebés. Por eso, cuando se despertó mi instinto maternal, pensé que esto de cuidar y educar a mi propio hijo, aparte de ser mi mayor ilusión iba a resultarme tan fácil como coser y cantar. ¡Qué dura es la realidad! Mi ansiado bebé se pasó los dos primeros meses de vida llorando sin parar.
En el baño…como si lo mataran. En el cochecito, imposible dar un paseo con mis amigas mamás sin terminar yo corriendo para casa. En la cuna… ¡pensaba que había pinchos! No duraba ni cinco minutos. En el coche… ¡ni a la compra! Distancia máxima quince minutos sin que llorara a grito pelado. Ni en la hamaquita, ni en la manta de actividades, ni con nadie más que encima de sus padres o abuela. También mamaba a todas horas. Y las noches… ¡uf! Antes roncaba que cerraba los ojos y con infinitos despertares… por las mañanas no podía ni vestirme hasta que mi suegra llegaba, porque mi madre falleció cuando yo era adolescente. 
Así que, a buscar ayuda. Encontré un grupo de apoyo a la lactancia llamado Al Pit que me abrió a todo el mundo de la crianza natural con la que me sentía más identificada. Y empecé a leer a Carlos González, Rosa Jové, etc.
Arnau fue creciendo y me di cuenta que era un bebé muy despierto y atento pero con poquísima tolerancia a la frustración. Era capaz de contar hasta 10 con un año y medio, pero cogía una rabieta si una torre de tres piezas se le caía. Rabietas a todas horas, imposible dejarlo con nadie, él tenía que ser el centro de atención a todas horas. Decidimos tener otro hijo y darle a Arnau la experiencia de compartir su vida con un hermano… Y nos adentramos en el caos. Muchísimos celos, demanda mayor de atención, rabietas sin parar… Menos mal que Pau era un bebé muy tranquilo. ¡No lloraba! Para mí fue impresionante porque me he dado cuenta de que he disfrutado mucho con su crianza. Con Arnau siempre había un nivel altísimo de ansiedad.
Pero Pau fue creciendo y demandando más y pisando fuerte, porque también es bastante activo y con un buen maestro.
Ahora nos encontramos en un punto bastante estancados porque veo a Arnau que emocionalmente no avanza, no madura, me parece más bebé que su hermano. Aún llora por todo, se frustra frecuentemente, se opone a toda, actúa siempre al contrario, compite para todo con su hermano y, sobretodo, tiene mucha ansiedad a cualquier cambio, aunque sea pequeño. Y en la escuela, a su profesora también le preocupa que ante nuevas actividades se bloquea y no puede avanzar. Yo ya no sé cómo ayudarlo.
Una amiga me habló de tu blog, Mónica, y me he sentido completamente identificada con todas las familias con niños de alta demanda. Así que espero encontrar en vuestra página web las fuerzas, los ánimos y el positivismo que he perdido para seguir disfrutando al máximo de mis pequeños dos amores, mis hijos.