Siguiendo con los temas que me propusisteis en la encuesta, hoy os voy a contar cómo es un día típico en nuestra casa centrándonos en el aspecto educativo. 
Por la mañana nos levantamos entre las 8 y las 9, depende un poco del peque de 20 meses que suele ser el que hace de «despertador».
Vamos a la cocina y desayunamos, mientras los niños terminan yo voy preparando la comida, todo menos lo que se hace en el último momento y vamos a asearnos, vestirnos y hacemos la casa. 
Todo esto nos lleva más o menos una hora y media, con organización y unas rutinas en poco tiempo tanto la casa como nosotros estamos listos y entonces nos preparamos para el «cole». A mi hija le gusta jugar a que ella va al cole y se pone hasta la mochila, y  el peque le sigue el juego.
Vamos al salón que es donde he dejado preparadas las actividades, y empezamos.
Las actividades son muy variadas: manipulables, didácticas, lúdicas, en el salón, en la cocina, en el baño……intentamos que todo sea divertido y sin presión, seguir su ritmo y sus interesés. Lo importante es escuchar a los niños ya que ellos siempre están dispuestos a aprender y dejarles que desarrollen su creatividad.
Reconozco que ahora con dos niños es un poco más complicado, sobre todo porque el peque es todavía muy pequeño y a veces no nos deja hacer las cosas. La clave está en ofrecer a los dos la misma actividad y cada uno la hace en la medida que puede.

 
Aquí mi hija está mezclando los colores primarios para obtener los colores secundarios, para un proyecto sobre el arco iris que está haciendo.
Mientras el pequeño, da rienda suelta a su creatividad, experimentando con los pinceles.

Aquí la nena tenía que recortar y su hermano no quiso ser menos, cogió la tijera, un papel y después de intentarlo un par de veces, lo consiguió. 
La cara de satisfacción que puso fue un increíble.
Así vamos pasando la mañana, siguiendo sus ritmos, intercalando movimiento con actividades que realizan sentados, con cuentos, con música, con juegos……con lo que surja.
Las tardes las dedicamos a hacer recados, pasear, disfrutar de papá y otras actividades más «callejeras»
La intensidad propia de los niños de alta demanda hace que a veces sea complicado pasar todo el día juntos, pero su increíble curiosidad y sus ganas de aprender también hacen que sea muy satisfactorio acompañarles en esa búsqueda de conocimiento.