Hoy quiero presentarte a Silvia Durá, una gran persona con la que he tenido la suerte de tener interesantes «conversaciones virtuales» muy enriquecedoras y a la que tuve la suerte de conocer el verano pasado.

Puedes conocerla un poco más a través de su blog pesonal:  http://el-centesimo-mono.blogspot.com.es/, y en la web Plataforma por la Libertad Educativa en la sección de altas capacidades: http://altascapacidades.libertadeducativa.org/

entrevistas mamas de alta demanda

Te dejo con su entrevista.

 

¿Antes de tener hijos, qué pensabas de la maternidad?

Pensaba que era igual de maravilloso pero menos intenso, menos sacrificado, más fácil.

¿Cómo cambió tu vida cuándo nació tu primera hija?

Totalmente a nivel personal. Empezó una carrera contra reloj, para entender todo lo que veía en mi hija y para encontrar la forma de integrarlo en mi forma de criarla.

¿Qué cosas hacía tu hija diferentes al resto de los niños?

Muchas cosas: no quería chupete, rechazaba el biberón aunque tenía lactancia mixta, nada de carrito de paseo, odiaba y odia la sillita del coche, no quería mochilas ni fulares ni dormir si no era pegada a mamá o a papá, se despertaba en cuanto me alejaba físicamente de ella diez minutos, o con cualquier ruidito, se quejaba mucho aunque estuviese sana y me tuviese a su total disposición… Hasta que encontré lo que significaba ser un bebé de alta demanda; entonces comprendí que a mi hija no le ocurría nada patológico y me tranquilicé, dentro de lo que un bebé de alta demanda deja tranquilizarse a su madre, que es poco.

¿Cuáles son sus características más peculiares?

Muy persistente e inteligente, empática hasta las lágrimas o la risa por otros, emprendedora, muy intensa y sensible, muy impaciente y difícil de conformar, habla y pregunta mucho, es capaz de hacer tres cosas a la vez, nunca tiene sueño y nunca quiere irse a dormir aunque tenga sueño. Eso cuando está en casa. Cuando salimos, normalmente parece otra niña, mucho más tranquila.

¿Tenías apoyo de la gente: pareja, familia, amigos…?

Sí, gracias a la colaboración que mantuve con una fundación de niños de altas capacidades, encontré una comprensión y un apoyo que me resultaron muy aliviantes, aparte de la comprensión y apoyo de mi pareja. La familia sí observó que era diferente, más en sus características positivas que en las negativas porque cuando sale de casa las negativas se las guarda bastante en el bolsillo por propia iniciativa. De los amigos no tuve apoyo ni comprensión, más bien creo que pensaban que era una mamá novata que no sabía manejar a un bebé o que yo era muy quejica o no tenía la capacidad de someterlo a rutinas o la creatividad para saberlo llevar. Y nadie imagina la de trucos que he aprendido con mi hija, de forma que cuando interactúo con un niño que no es de alta demanda, me parece jauja :DD

¿El comportamiento de tu hija afectó a vuestra vida de pareja, a la relación con vuestras amistades, a vuestra vida en general?

Bueno, la vida de pareja queda reducida al mínimo y se centra en atender a ese hijo, que tiene demanda incluso para tres personas al mismo tiempo llegado el caso. Con nuestras amistades se produjo alejamiento de las que no comprendían y nuestra vida en general fue más complicada. Ir a un restaurante con ella se volvió tarea imposible, a no ser que le pusieras vídeos con el móvil aún cuando ni tenía un año, viajar en coche era un suplicio hasta que encontramos trucos para que fuera más llevadero, por poner sólo dos ejemplos. Muchas veces se quejaba o lloraba a menos que la tuvieses en la teta mientras comías, en brazos el resto del tiempo o jugando activamente con ella.

¿Has notado cambios en su manera de ser al crecer?

No ha habido cambios significativos. Comprende más los límites de las personas que le rodean (cansancio, hambre, sueño). Ha aprendido a esperar, a ser más paciente, pero no es porque se haya vuelto paciente. Espera con impaciencia. Se queja un poco menos pero creo que es por el máster en trucos y estrategias anticipatorias que hemos hecho en casa para que la convivencia fuese más llevadera.

¿Qué es lo mejor de tener una hija de alta demanda?

Menos el estrés, el cansancio y la falta de tiempo total que supone criarlos, todo lo demás, con creces, porque te das cuenta de que todas sus características por mucho que sean agotadoras a veces, son en realidad magníficas virtudes personales.

¿Y lo peor?

Lo dicho, el estrés, el cansancio y la falta de tiempo hasta para cosas básicas.

¿Crees que tú has cambiado?

Sí, mucho, pero a mejor, con muchos más recursos como persona y con una perspectiva mucho más amplia de las relaciones humanas y de la esencia de la niñez.