Con el cambio en el diseño, algunos artículos que estaban en la web antigua no han pasado a la nueva, así que he decidido recuperarlos porque me parecen interesante y contienen mucha información.

A partir de ahora los miércoles vas a poder disfrutar de las primeras entrevistas que tuve el placer de hacer a varias mamás de niños de alta demanda, al principio de empezar con mi proyecto Crianza de alta demanda. A muchas de ellas las conozco personalmente desde hace años, a otras solo virtualmente, pero con la mayoría he compartido interesantes charlas sobre nuestros hijos.

entrevistas mamas de alta demanda

Aquí va la primera:

Azucena Caballero Bernal es madre, emprendedora y homeschooler. Es la mamá al frente de Educarpetas, Comunidad Internacional Online para Madres Multitarea.
Desde esa plataforma ayuda a otras madres y mujeres a desarrollar plenamente sus capacidades, a vivir intensamente cada faceta de sus vidas y a emprender con éxito sus propios negocios en la red.

Co-directora de la Pedagogía Blanca y Mujeres empoderadas.

Tengo la gran suerte de conocer a Azucena personalmente y solo tengo palabras de agradecimiento para ella por lo que me han ayudado sus consejos en varias facetas de mi vida. Te dejo con ella:

¿Antes de tener hijos, qué pensabas de la maternidad?

Imaginaba que era algo trabajoso pero al mismo tiempo estimulante y fácil, casi como jugar a las muñecas. Ya sabes, era de esas que siempre pensaba que según qué yo no se lo dejaría hacer a mis niños, que la gente malcriaba mucho, ja, ja. ¡Imagínate! Me tragué todas y cada una de mis estúpidas suposiciones y paradigmas, por supuesto.

¿Cómo cambió tu vida cuándo nació tu segundo hijo?

Cambió bastante. Yo estaba acostumbrada a mi hijo mayor, que era muy tranquilo, aunque por supuesto necesitaba a mamá pero que era fácil de contentar, de estar con él, y que era lo que típicamente se llama un niño «bueno», que me convertía a mí en una madre poco comprensiva con otras madres, ya que les costaba más el día a día con sus niños, y yo no lograba entender porqué, con lo estupendo y fácil que era todo. Cuando llegó el segundo, comprendí todo, vi que cada niño era diferente, y que hay niños con una necesidad vital real de mucha dedicación y atención, que necesitan que estés para ellos al 100% todo el tiempo, y que lo demandan como pueden, y entonces ya no es tan sencillo.

¿Qué cosas hacía tu hijo diferentes al resto de los niños?

Gritar como si le estuvieran matando sin motivo aparente, llorar si no le tenía pegado a mí, necesitar a mamá para todo, mamar constantemente, como si fuera un bebé de meses incluso con tres o cuatro años. Le costaba consolarse bastante… Cosas por el estilo, además de otras perlas como tirar los móviles a la piscina o a la lavadora, meter rotuladores en el aparato de reproducción de vídeos, destrozar cualquier cosa que hiciera su hermano (puzzles, montajes con lego, etc).

¿Cuáles son sus características más peculiares?

A día de hoy es un niño maravilloso, entonces sencillamente era un niño con una necesidad vital de atención muy acusada que hacía que cuando no la tuviera reaccionara mal porque era muy pequeño, pero ahora mismo, vamos ya hace años, es un encanto, el mejor hijo que podría imaginar. Sus características más identificativas son que es muy inteligente, extremadamente sensible, muy extrovertido, cariñoso, colaborador y con capacidad de liderazgo innata.

¿Tenías apoyo de la gente: pareja, familia, amigos…?

Regular. La gente no entiende porqué el niño es así y creen que es un «bicho» o un malcriado. Mi pareja sí nos apoyaba al niño y a mí incondicionalmente. De hecho, a veces a mí me faltaba paciencia, y él con el niño siempre la tenía.

¿El comportamiento de tu hijo afectó a vuestra vida de pareja, a la relación con vuestras amistades, a vuestra vida en general?

Con algunas amistades sí, en nuestra vida familiar yo me agobiaba porque había situaciones que aún entendiéndolo me resultaban injustas para mi hijo mayor. Lo que pasa es que como a partir de los 4 años todo se transformó y el niño se convirtió en un angel, y ahora ya tiene 11, ya todo está pasado, y solo vemos ya cosas positivas.

¿Cómo le afectó la llegada de su hermana?

Fenomenal. Justo él ya estaba en otra fase, en la que sentía sus necesidades saciadas, y se volcó mucho en ella, que la bebé tuviera todo y que estuviera bien, eso era muy importante para él. Como él tenía al hermano mayor para estar junto a él, no fue un cambio radical. En el fondo él nunca fue hijo único, y su hermano cuando nació la nena, se volcó mucho con el mediano.

¿Has notado cambios en su manera de ser al crecer?

Sí, a fuerza de estar ahí, y recordarle todos y cada uno de los días lo marqvilloso que es, lo mucho que se le quiere, que no necesita gritar, ya que todo lo que dice nos interesa, etc, él se fue convirtiendo en un niño mucho más relajado. Siempre fue cariñoso, y se ha ido convirtiendo en un niño colaborador, amable y empático. Tiene un carácter fuerte, lo cual me parece una buena cualidad, y según va creciendo, se parece al buen vino, que cada año que pasa mejora.

¿Qué es lo mejor de tener un hijo de alta demanda?

Que te obliga a aprender qué es lo realmente importante, y que logras desarrollar una relación de mucho apego con él si asumes que esto es una etapa e intentas cubrir sus necesidades de la mejor forma posible.

¿Y lo peor?

Que hay días que te desquicias, te cagas en la maternidad y en la crianza respetuosa, y empiezas a soñar con un internado para el niño… Por suerte esto dura poco. Nuestros hijos son las únicas personas en el mundo que nos pueden hacer pasar un día durísimo y luego con una sonrisa y un mimo hacen que todo pase.

¿Crees que tú has cambiado?

Inevitablemente. Criar a un hijo de alta demanda te obliga a transformarte, en alguien mejor o en alguien peor, en función de qué decisiones tomes. Yo creo que con altibajos, días muy buenos y días terribles, me cambió para mejor. Desde luego me convertí en alguien más comprensivo con las otras madres, y en alguien más paciente con mis propios hijos, solo por eso ya valió la pena.