A lo largo de esta semana en la mayoría de las ciudades ha comenzado el colegio. Vuelta a los horarios, a la rutina, a las prisas….

Muchos niños no llevan nada bien este jaleo y los de alta demanda menos:

• no les suelen gustar los cambios
• los ruidos en general les molestan bastante
• necesitan moverese a menudo y en el cole no pueden hacerlo
• se sobreexcitan por el exceso de estímulos
• se estresan por la angustia de encontrarse solos sin mamá

Por todos estos y otros muchos motivos, en nuestra familia, hace años decidimos educar en casa.

Eso no quiere decir que educar en casa a un niño de alta demanda sea fácil aunque eliminemos muchos de los factores estrseantes que acabamos de ver. La realidad, es que educar en casa a un niño intenso, sensible, y con las ideas claras supone un reto constante.

Poderse se puede, como ya os comenté hace un tiempo en este post pero requiere de una gran dosis de energía, paciencia y creatividad.

Se que muchas mamás os preguntais cómo es posible y de qué manera práctica lo hacemos, así que a partir de ahora, los viernes os contaré un poco cómo se ha desarrollado nuestra semana.

De momento os puedo contar que hasta ahora lo que hemos hecho ha sido planificar muy bien los contenidos que queremos abordar y la manera de hacerlo. Esto que para otras familias es innecesario, a mí me parece imprescindible ya que todos en casa necesitamos una guía de por dónde vamos y los niños necesitan hacer cosas continuamente y yo no puedo ofrecerselo a no ser que lo tenga todo atado y bien atado.

Los niños de alta demanda necesitan atención y estímulo constante y si no lo tienen se aburren, se ponen nerviosos y agresivos.

Este verano lo comprobé. Intentando bajar el ritmo de actividades para que todos pudieramos descansar, conseguí el resultado contrario, así que ahora lo tengo todo listo para que eso no vuelva a pasar.

Ya no podremos jugar tanto al aire libre (¡¡¡¡que tendrá la arena que tanto les relaja!!!!), pero seguro que encontraremos actividades igual de divertidas.