Muchas mamás se preocupan por el sueño de sus bebés: si duermen poco, si les cuesta dormirse, si sólo lo hacen si están acompañados, si despiertan a menudo…
Para no preocuparnos por el sueño de nuestros bebés es importante que conozcamos como son los procesos del sueño.

El sueño es un proceso evolutivo, en el que a medida que pasa el tiempo se va adquiriendo un sueño cada vez más similar al adulto.

Según la psicóloga Rosa Jové, el sueño se sincroniza con las necesidades que tenemos en cada momento de nuestra vida. Esto ¿qué quiere decir? 

Los bebes cuando son muy pequeños necesitan comer frecuentemente para evitar hipoglucemias y crecer, por lo tanto no pueden tener un sueño muy continuado y necesitan pequeñas siestas a lo largo de las 24 horas del día para poder despertarse frecuentemente y comer.

Entonces el sueño a estas edades favorecerá esa necesidad de alimentarse a menudo.

 

Según van creciendo cambian sus necesidades: van adquiriendo las fases del sueño adulto poco a poco, introducen la alimentación complementaria, dan sus primeros pasos, controlan esfínteres…y todo esto hace que su sueño siga siendo inestable.

 

En su libro: «Dormir sin lágrimas» nos explica con todo detalle el proceso natural del sueño, y las distintas etapas que pasan los niños hasta adquirir un sueño similar al adulto.  

Los bebés de alta demanda suelen estar siempre alerta, buscando estímulos constantemente y esto da lugar a dos cosas:

Por un lado no quieren dormir para no perderse nada del interesante mundo que acaban de conocer y por otro se estimulan tanto que no consiguen dormirse. 

 

Para conciliar el sueño necesitan relajarse y esto cada uno lo conseguirá de diferentes maneras pero por lo general necesitan acompañamiento.

Algunos pueden relajarse si son acunados, con una nana, con el pecho, en una habitación en penumbra y en silencio, a veces necesitan todo esto a la vez. 

 

No tengas dudas en ofrecerle todo tu apoyo ya que así le estarás ayudando en una etapa de su vida en que lo necesita. 

No tienes que enseñarle a dormir, sabe hacerlo, sólo necesita un poco de ayuda hasta que vaya adquiriendo las fases de sueño que le permitirán dormir como lo hacemos los adultos. Mientras tanto acompáñalo y disfruta.

 

Recuerda que el sueño es un proceso evolutivo que requiere de una madurez que se alcanza paulatinamente a lo largo de la primera infancia. Los niños necesitan sentirse apoyados y acompañados a lo largo de este proceso. La lactancia materna y el colecho contribuyen a la evolución natural del sueño infantil.