El otro día una mamá me pedía que hablase de los miedos que tienen los niños de alta demanda y es que este es un tema preocupante para muchos padres porque puede hacer que la vida diaria sea muy complicada.
Tenemos que tener claro que los niños de alta demanda sienten y perciben muchas más cosas que el resto de los niños y eso les perturba.
Cuando el exceso de estímulos afecta a sus sentidos, pueden sentirse saturados e incluso asustados. No pueden gestionar tanta información como reciben, y hay cosas para las que no encuentran explicación lógica, y no olvidemos que estos niños a pesar de su corta edad necesitan entender todo lo que les rodea.
Alrededor de los dos años, en el caso de los niños de alta demanda bastante antes, empiezan a tomar conciencia de su propia persona, a darse cuenta que son una persona diferente a su madre y que por lo tanto pueden separarse de ella. Esto es lo que ven, pero aún no comprenden el concepto del tiempo ni entienden que aunque no veas una cosa, esa cosa sigue existiendo. Por eso, niños que de pequeños no lloraban cuando su madre se alejaba, de repente comienzan a hacerlo, porque en ese momento son conscientes de que la otra persona desaparece de su vista y sienten miedo de no volver a verla.
Pueden tener miedo a salir de casa, porque dentro de ella se sienten a salvo del exceso de estímulos.
Pueden tener miedo a la oscuridad porque es un momento en el que no tienen control sobre lo que pasa a su alrededor, no saben lo que hay ahí en ese color negro que les rodea, sin embargo ellos siguen percibiendo cosas que no ven y eso asusta.
También pueden tener miedos irracionales como a los lobos y a las brujas de los cuentos.
Estos miedos, el miedo a la oscuridad y a los “monstruos” infantiles se observa frecuentemente en los niños superdotados. Además, estos miedos suelen perdurar en una edad en la cual la mayoría de los otros niños han superado sus miedos infantiles.
Los miedos en los niños de alta demanda/altas capacidades pueden venir del exterior o de su interior:
– Del exterior debido a que sus sentidos siempre están alerta, captando TODO lo que les rodea .
– De su interior debido a su permanente actividad emocional.
Ante estos miedos lo único que podemos hacer es estar al lado de nuestro hijo, dándole nuestro apoyo, sin negar su miedo, porque para él es real, y sin ridiculizar.
Dicen que un buen método es «vencer» al miedo, así si lo que tiene es miedo a los monstruos por la noche, puedes tener a mano un spray anti-monstruos que puedas rociar a donde se encuentra el monstruo y este desaparezca. Si el niño siente que tú le entiendes y apoyas y entre los dos vencéis al monstruo, el miedo desaparecerá.
Si le da miedo el agua, prueba con una toallita mientras averiguas qué es lo que realmente le asusta del agua.
Y como siempre prestar mucha atención para ver qué es lo que está pasando por sus cabecitas y entender qué le está causando ese miedo y angustia.
Algunos de los miedos que hemos sufrido nosotros en casa: al agua, a la oscuridad, a los monstruos, a los insectos (cada primavera este miedo nos visita y según avanzan las semanas se va hasta el año siguiente), al lobo del cuento de caperucita (cuento que curiosamente quería leer una y otra vez), a swiper el zorro de los dibujos animados de Dora la Exploradora….