Una de las mayores preocupaciones que tienen a veces las familias con hijos cuyo comportamiento se sale de lo que la sociedad considera «normal» y de lo que vemos como más habitual en nuestro alrededor: otras mamás amigas, vecinas, compañeras de trabajo……es el tema de «diagnosticar» la Alta Demanda.

A menudo me llegan consultas de familias desorientadas preguntánome a qué profesional acudir: pediatra, psicólogo, neurólogo…..

Pues bien, la Alta Demanda no es ninguna enfermedad y por lo tanto no requiere de la intervención y diagnóstico de ningún profesional de la salud.

La Alta Demanda es un concepto, una expresión que  utilizamos para entender a nuestros hijos de comportamiento inusual.

Este comportamiento diferente se refiere a una serie de actitudes, sobre todo cuando el niño es un bebé que nos puede hacer pensar que nuestro hijo tiene alguna enfermedad.

  • Duermen muy poco y despiertan a menudo. Cuando digo poco es eso poco. Siestas diurnas de apenas 20 minutos en las que no te da tiempo literal a ponerlo en la cuna o en la cama. Por la noche siguen un patrón similar.Nada que ver con las 20 horas que en los libros sugiere que duermen los bebés.
  • Miran con los ojos muy abiertos y con atención todo lo que les rodea. Muy diferente a otros bebés que aunque estén despiertos no están en estado permanente de alerta.
  • Solo aceptan los brazos de mamá y en ocasiones los de papá. Algunos ni siquiera los portabebés y mucho menos los brazos de otras personas o el cochecito. Por contra, la mayoría de bebés pasan de mano en mano felices y en cuanto los dejas en el cochecito se duermen.
  • Sienten angustia de separación prácticamente desde que nacen, mientras que el resto de los bebés la tienen alrededor de los 8 meses.
  • Lloran a menudo y muy muy fuerte. Sí, ya sabemos que todos los bebés lloran ya que es su manera de expresarse, pero no todos lo hacen de la misma manera. Entre las familias de Bebés de Alta Demanda es muy típico haber acudido alguna vez al médico, incluso a urgencias preocupados por su llanto.
  • Son muy sensibles a los ruidos y el más ligero e imperceptible les sobresalta. A los bebés que no son de Alta Demanda tampoco les pasa eso.
  • Cuando los bebés van creciendo, la característica más evidente en ellos es la intensidad que tienen para todo y que muchas veces desborda a los agotados padres.

                                                       Imagen de Freedigitalphotos.net

Esas son las características que te pueden hacer pensar que tu hijo tiene un problema y que el médico debe darte una solución. Ojo, yo no digo que no haya que acudir a un profesional si tenemos dudas y pensamos que le puede pasar algo, pero si lo único que tiene es que es «diferente» a los demás por estas cosas, lo más probable es que se trate de un Bebé de Alta Demanda y eso lo ves tú sin que ningún profesional tenga que hacer un diagnóstico.

La Alta Demanda tampoco tiene fecha de caducidad, es decir, un Bebé de Alta Demanda siempre será de Alta Demanda, aunque sus demandas – necesidades irán cambiando con el tiempo, porque esas características están relacionadas con la personalidad y la manera de ser de cada uno.

Así que lo único que puedes hacer es informarte para entender y atenderlas necesidades de tu hijo.

En este blog tienes mucha información  y también dispones de varios productos o servicios que te pueden ayudar con tu niño de Alta Demanda.