Si me sigues hace tiempo sabrás que soy una ferviente defensora de la lactancia materna. Creo que es el mejor alimento para nuestros hijos, y que además de pasarles a través de la leche anticuerpos, se crea un vínculo muy especial entre madre e hijo.
Dado que los bebés de alta demanda maman frecuentemente y necesitan contacto físico continuo, dar el pecho es una manera de satisfacer esas dos necesidades a la vez que tú puedes descansar.
Para tener una buena lactancia es muy importante contar con apoyo y con buena información. Por suerte cada vez hay más asesoras de lactancia y grupos de apoyo que te pueden ayudar en los primeros momentos que a veces pueden ser un poco difíciles.
Una vez instaurada la lactancia va todo sobre ruedas y pasa el tiempo y entonces aparece una especie de vacío informativo. En los grupos de apoyo normalmente te informan para favorecer la lactancia pero nadie habla de qué hacer para destetar.
Hay niños que dejan de tomar el pecho por ellos mismos de forma paulatina.
Pero en otras ocasiones la mamá quiere dejar de dar el pecho y no sabe cómo hacerlo sin que su bebé sufra.
Yo misma tuve una feliz lactancia durante tres años, pero llegó un momento en que yo ya no me sentía a gusto (y la lactancia debe ser algo agradable para las dos partes) y el destete no fue todo lo bien que a mí me hubiese gustado. Mi niña con tres años tenía muy claro lo que quería, y era seguir mamando. Y fue un proceso duro que no me gustaría volver a pasar.
Por suerte ahora he encontrado la solución. Pilar Martínez de Maternidad Continuum, ha escrito un libro Destetar sin lágrimas, en el que nos cuenta la edad natural del destete, cómo hacer un destete parcial y las recomendaciones que toda mamá debe tener en cuenta al destetar, y lo más importante, cómo conseguirlo sin que el bebé sufra.
Yo ya lo tengo, así cuando llegué el momento tendré herramientas para que ninguno de los dos suframos cuando finalice esta maravillosa etapa.