El otro día gracias a una seguidora del blog (gracias Silvia) aterricé en una conversación en Facebook donde una vez más surgía la pregunta de si existen los bebes de alta demanda. Tema que ya hemos tratado aquí.
Como casi siempre pasa en estos debates, la gran mayoría opinaban que no, que eran percepciones de la madre debidas al puerperio o a su baja capacidad de aguante. Las pocas personas que opinaban que sí existen los bebés de alta demanda eran mamás cuyos hijos lo eran.
Otro de los tópicos que siempre surge en estas conversaciones es la connotación negativa del término Alta Demanda. La gente que no conoce a estos bebes, siempre piensan que la «etiqueta» Alta Demanda es negativa. Pero nada más lejos de la realidad.
Estos bebés y niños lo único que se podría calificar como «negativo» en ellos es el agotamiento que puede provocar en los padres. Todas sus características si las observamos desde el conocimiento pueden resultar muy positivas. Otra cosa es cuando nos encontramos ante uno de estos bebés sin tener ni idea de cómo son y empezamos a pensar que tienen algún problema porque no se ajusta a nada de lo que anteriormente hemos oído sobre cómo son y cómo se comportan los bebés.
El otro día mi marido y yo, hicimos un ejercicio que creo que puede resultar bastante útil, al menos a nosotros nos sirvió.
Mi hija últimamente está supermegademandante, más que nunca. Tenemos una situación familiar un poco delicada que nos hace estar a todos más nerviosos y quizá menos pendientes de ella, si a esto le añadimos que su hermanito cada vez se hace notar más pues es normal que ella se «rebele» pidiendo su espacio y su atención.
La cuestión es que como andamos todos un poco descolocados no estamos siendo tan, digamos comprensivos con sus demandas que nos están siendo más difíciles de entender y aceptar, y nos están sobrepasando. Y qué es lo que pasa, que estamos perdiendo el rumbo. Cada vez nos «molestan» más sus demandas con lo cual ella cada vez demanda más y nosotros reaccionamos poniéndonos más nerviosos….y entramos en un bucle del que últimamente nos estaba costando salir. Así que decidimos sentarnos y elaborar una lista de cualidades positivas de la nena, de todas las cosas que hace bien y que nos encantan.
Últimamente sólo nos estábamos fijando en las cosas negativas, y decidimos cambiar el foco de nuestra atención y centrarnos en las cosas buenas.
La lista quedó así:
– Es entusiasta
– Disfruta de las cosas con intensidad
– Es empática
– Sensible
– Prudente
– Tenaz
– Divertida
– Tiene una memoria excelente
– Una buena orientación
– Amplio vocabulario
– Se relaciona bien con todo el mundo
– Tiene una gran imaginación
Y estas son solo algunas de las cosas buenas en las que nos podemos enfocar. Tenemos que dar energía a las cosas positivas. Si nos centramos en lo negativo no vemos más allá y entramos en una espiral de mal humor y discusiones.
Viendo estas cualidades, ¿habrá gente que siga pensando que ser de Alta Demanda no es bueno?
A mí me parece que son personas excelentes y que si en algún momento lo dudamos donde debemos mirar es dentro de nosotros mismos para ver si es que: estamos nerviosos, hemos dormido mal, nos angustia algo, nos hemos creado unas altas expectativas…..
El problema lo tenemos nosotros, no ellos.
Mi consejo es: conoce a tu hijo, enfócate en sus mejores cualidades, sé flexible y mímate, ya que tú también tienes unas necesidades, que son muy importantes para que la familia tenga un buen equilibrio.
¿Quieres compartirme alguna cualidad positiva de tu hijo?