El otro día os hablaba de los beneficios del colecho para los bebés de alta demanda.
Hoy quiero daros algunos consejos prácticos para dar el pecho por la noche, ya que hay muchas mamás que al principio no tienen claro cómo hacerlo y les duele la espalda.
Lo primero de todo busca el mejor sitio para colocar al bebé. Si no confias del todo en que tu pareja no esté tan pendiente como tú, cosa del todo normal ya que ellos no tienen ese sentido extra que tenemos las madres, puedes ponerle a un lado y al otro lado colocas una barrera para que el bebé no se caiga.
El siguiente punto es que tú uses ropa cómoda que te permita acceder al pecho sin muchas complicaciones. Dependiendo de la temperatura que haga en tu habitación y de lo friolera que seas dormirás con tirantes o con algo más de manga. Si lo haces con tirantes el acceso al pecho es fácil solo tienes que bajar un poco el escote y listo. 
Si prefieres manga larga busca siempre camisetas que tengan botones o camisetas de lactancia especiales para tener un rápido acceso. 
Lo importante es que sea cómodo y no te quedes fría mientras duermes.
Después viene la posición, para dar el pecho tienes que ponerte de lado y el brazo que queda debajo puedes estirarle paralelo a la almohada o hacer una especie de cuna para el bebé. 
El bebé tiene que estar más abajo, a la altura de tu pecho.
Normalmente el bebé se va a despertar y si tú en ese momento le ofreces el pecho, los dos os vais a volver a dormir rápidamente. 
Cuando tengas que cambiar de pecho, puedes cambiarte de sitio y pasar al otro lado del niño o bien girarte un poco hasta quedar casi boca abajo, busca la posición en la que esteis más cómodos.
Por último si tu espalda sufre por estar durante mucho rato al aire y sientes que tu posición es forzada, prueba a ponerte una alomhada paralela a tu espalda, de manera que te apoyes en ella.
También puede venirte bien poner una pequeña almohada entre tus piernas.
Con estos consejos estoy segura que conseguirás encontrar lo que mejor se adapte a vosotros y podreis disfrutar de la tranquilidad y comodidad de dormir juntos.
A medida que el bebé crezca y se mueva más puedes continuar durmiendo con él, eso sí olvidate de la ídilica foto de la mamá dormida al lado de su bebé. Es más que probable que te encuentres con un pie cerca de tu cara y completamente destapados.
Algo así como en esta foto de nuestras vacaciones del verano pasado.
Eso sí, despertarse a su lado, es lo más maravilloso del mundo.