Como tal vez sepas, nosotros no llevamos a nuestra hija al colegio. Hace tiempo tomamos la decisión de educarla en casa.
Hasta este año lo teníamos todo muy bien organizado, y todos los días dedicábamos un ratito a hacer «cole». Nos poníamos en la mesa las dos y hacíamos alguna ficha, que la encantan, leíamos un libro, hacíamos alguna manualidad, otros días un experimeento…Ella poco a poco iba aprendiendo cosas de una manera divertida, siempre acompañada y a su ritmo.
Yo imaginaba que cuando naciese su hermano no íbamos a poder seguir el mismo ritmo, pero suponía que algo podríamos hacer. ¡Qué equivocada estaba!
Al principio, aprovechábamos cuando dormía algún ratito o cuando estaba en el fular tranquilito, pero eso nos ha durado muy poco. En seguida el bebé empezó a dormir menos, y a no querer estarse quieto. Ahora mismo es imposible hacer nada sentados porque el pequeño no para y no nos deja.
Durante un tiempo me he estado agobiando bastante con la idea de no estar cubriendo las necesidades académicas de mi hija, pero decidí relajarme y fijarme realmente en las cosas que hacemos cada día. Y he llegado a la conclusión de que tal vez este año no hagamos muchas cosas formales, que alguna sí hacemos, pero que los conocimientos que está adquiriendo de tipo no académico son tan importantes o más que los académicos.
Ahora mismo está aprendiendo muchas cosas gracias a compatir todo el día con su hermano:
– A compatir sus juguetes.
– A compartirme a mí.
– A esperar.
– A vestirse sola (si yo en ese momento no puedo ayudarla).
– A bañar a su hermano.
– A darle de comer y a saber lo que puede y no puede darle.
– A respetar el tiempo y el espacio de los demás.
– Al pasar algún rato sola mientras yo atiendo a su hermano, está desarrollando una gran creatividad, y últimamente hace unos díbujos impresionantes.
En la calle, al venir siempre conmigo también aprende muchas cosas:
– Compra el pan ella sola.
– Pasa la tarjeta en el autobús.
– Coge ella sola sus libros de la biblioteca mientras charla animadamente con los bibliotecarios.
– A esperar nuestro turno en la cola del supermercado.
– A pasar la lista a las mamás en el grupo de lactancia, para que firmen.
Como el peque en casa no para un segundo y nos agota, salimos a la calle y damos largos paseos, de esa forma el bebé se tranquiliza y nosotras aprovechamos el tiempo para tener interminables conversaciones sobre todo tipo de cosas: sobre el otoño y los árboles de hoja caduca, sobre el Camino de Santiago que pasa por nuestra ciudad y que su padre y yo hicimos hace unos años. Otras veces jugamos al veo veo, a las palabras encadenadas (gracias a este juego tiene un vocabulario muy grande). Últimamente hacemos cuentos, inventando cada una una frase, cantamos….
También tenemos a la abuela delicada de salud, así que solemos pasar un rato con ella y la ayudamos, la hacemos compañía…y ella está aprendiendo que no solo se cuida a los bebés, si no que también a las personas mayores hay que cuidarlas.
Puede que este año no tengamos tiempo para sentarnos a dibujar las letras o a lo que toque hacer con 5 años, pero creo que lo que está aprendiendo es tan valioso o más.
Creo que esa forma de aprender es mucho más valiosa que estar metida entre cuatro paredes x horas al día. Aprende en el día a día de la realidad de la vida.
Enhorabuena por vuestra decisión.
Un abrazo
Gracias Carol.
Otro abrazo, 🙂
Por tu última frase, ¿y quién dice lo que le toca hacer con 5 años? Un señor o señora que a veces incluso no tiene hijos o no ha dado nunca clase. Vivir la vida es siempre más valioso que tener que aprenderla para pasar de curso.
Completamente de acuerdo Silvia!!!
Mónica, está aprendiendo, por supuesto que está aprendiendo.
Estás enseñándole lo mismo o aún más (yo juraría que más) que en la escuela porque en casa no teneis limitaciones ni estandarizaciones, ni cortapisas que os frenen.
Y sabes que yo he escolarizado pero te lo escribo de corazón.
En vuestro caso «el cole» es tan amplio como el mundo entero porque tu hija aprende de todo y de todos.
Un abrazote Mon!!!
Que interesante… No habia tenido la oportunidad de conocer a alguien que educara desde casa, sé que hay muchos casos, pero no habia tenido la oportunidad de escuchar este punto de vista.
En mi caso, es casi imposible desarrollar algo asi por q tengo q trabajar, pero conciente de que hay valores y habilidades que son mucho mas importantes que la enseñanza academica, he recorrido casi todos los colegios de la ciudad, en busqueda de un colegio en donde no sean tan rigurosos y tengo ya uno elegido para mi hija, no es un colegio de renombre, es mas bien uno pequeñito, pero me lo han afamado mucho por ser divertido, por fomentar el compañerismo, no dejan tareas, todo lo trabajan dentro del cole, asi al salir de ahi le dan la oportunidad a los padres de jugar con sus hijos y no pasar esclavizados a las tareas, tampoco existen grados de honor, asi no fomentan el competitivismo, ni hacen sentir mal a los que no tienen las mismas habilidades de los «ganadores», un colegio donde por ser pequeño conocen a cada niño por su nombre, en fin, mi madre y familia me dicen q debo procurar una buena educacion, que mejor la ponga a estudiar en otro colegio mas estricto y yo siempre les respondo q no quiero una genio (a menos que ella decidiera serlo que ahi si la apoyaria dandole las herramientas que necesitare), prefiero q sea feliz, que aprenda valores, que tenga amigos, que guarde en su mente experiencias agradables de su tiempo de escuela, y sobretodo que al llegar a casa, yo no tenga que llegar a sentarme a hacer tareas con ella, sino realizar con ella actividades propias de madre e hija y de familia, platicar, y poner en practica un poco de lo q tu haces con tu hija que me parece maravilloso. (perdon por extenderme jeje)
Es genial Gloria que hayas encontrado un cole que no sea tan estricto y que lo tengas tan claro a pesar de la familia 🙂