Los niños de alta demanda son niños que por su extrema sensiblidad y su ansia de conocimiento actúan de una manera muy intensa casi todo el tiempo. Piden atención continua, bien para satisfacer su curiosidad, bien porque su sensiblidad sensorial les hace recibir demasiados estimulos que no pueden gestionar, bien porque su sensibilidad emocional les desborda y necesitan acompañamiento para procesar sus emociones.

Esta dedicación puede hacer que muchas veces perdamos los nervios, ya que atender a todas sus demandas hace que no tengamos un minuto ni para poder ir al baño. 
Cuando esto ocurre es fácil que elevemos el tono de voz y demos un grito. Este es un recurso rápido que hace que el niño nos escuche, por lo menos en ese momento, y que no requiere de esfuerzo por nuestra parte.

Pero ¿cómo le afecta al niño?

El pequeño se puede sentir intimidado o todo lo contrario atacado por lo que reaccionará de igual manera gritando también.
Si esto nos pasa de vez en cuando y somos conscientes de ello, podemos explicarselo a nuestros hijos, diciéndoles que hemos perdido los nervios y por eso hemos gritado, que lo sentimos mucho y que la próxima vez intentaremos hacerlo mejor.
 
No pasa nada por pedir perdón a los hijos. Recuerda que aprenden lo que ven y si nos ven rectificar cuando les pase a ellos será más fácil que lo hagan.

El problema aparece cuando los gritos se convierten en algo cotidiano. Si continuamente gritamos a los niños ellos aprenderán a gritar y se relacionarán así con todo el mundo. Además un niño al que se le grita a menudo vive en continua tensión y con miedo.

Con los niños de alta demanda tenemos el añadido de que no suelen aceptar las cosas porque sí, sin explicaciones, y los gritos nunca van acompañados de explicación.

Los niños de alta demanda necesitan mucho diálogo, mucha comunicación y entender el porqué de las cosas. Son muy obstinados y si les gritas y les hablas con superioridad sólo conseguiras entrar en un bucle del que es muy difícil salir y que además te dejara exhausta.

Si en un momento dado notas que estás perdiendo los nervios es mejor que utilices alguna estrategia para calmarte tú: salir de la habitación, contar hasta diez…cualquier cosa que te haga volver a la calma.

La mejor manera para relacionarse con un niño de alta demanda es con diálogo, amor y paciencia. Esta manera de relacionarnos con los niños da más trabajo, conlleva un desgaste intelectual ya que siempre tenemos que pensar lo que decimos y cómo lo decimos, pero a la larga hará de nuestros hijos adultos responsables con herramientas para gestionar sus emociones.