La mayoría de las personas cuando piensa en niños de altas capacidades, se hace una imagen mental que dista mucho de la realidad: cerebritos con patas, pequeños ratones de biblioteca siempre con un libro en la mano, niños que aprendieron a leer solos con 2 años, y por qué no, niños un poquito sabelotodos y repelentes. Nada más lejos de la realidad.
Algunas características que deberíamos tener muy presentes en los niños de altas capacidades son:
  • Tienen una gran sensibilidad esto quiere decir que captan muchísima información del entorno, incluídos los problemas y las angustias de los adultos que les rodean, y eso les provoca un malestar que no saben gestionar.
  • Sufren una disincronía entre su edad cronológica, su edad mental y su edad emocional.
  • Se pueden aburrir rápidamente de las cosas si estas no les interesan lo cual les lleva a desmotivarse.
  • Tienen un vocabulario muy rico y una capacidad de comprensión tan alta que les hace difícil la relación con niños de su misma edad.
Nuestro papel como padres está en comprenderles, en dejarles explorar libremente y en atender sus necesidades emocionales.
El alspecto emocional es muy importante en los niños de altas capacidades y es que sino lo gestionamos adecuadamente y no atendemos sus necesidades pueden bloquearse y hacer que estos niños desconecten con el consiguiente riesgo de ser diagnosticados como síndrome de déficit de atención  e hiperactividad. También pueden sentirse incomprendidos, fuera de lugar, ansiosos, agresivos…por lo que la detección precoz es muy importante.
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