Los bebés de alta demanda despiertan a menudo por la noche debido a su diferente barrera de estímulos que hace que el más leve ruido sea suficiente para que salgan de su «plácido» sueño.
Lo pongo entre comillas porque realmente su sueño no suele tener mucho de plácido, es bastante inquieto. Esto se debe a la gran estimulación que reciben durante el día y que hace que por la noche su mente continúe agitada.
Hay muchos bebés que cuando están demasiado excitados por los estímulos externos se quedan dormidos, es como si su cerebro dijese: Esto es suficiente por hoy, me desconecto. Pero esto no ocurre con los bebés de alta demanda que no «saben» desconectar y necesitan ayuda para hacerlo y poder dormir. Una vez conciliado el sueño también necesitan ayuda para permanecer dormidos.
Con todos estos factores la mejor opción es practicar colecho, es decir dormir con los niños.
Muchos padres hemos llegado a esta práctica por pura supervivencia como fue nuestro caso. Después de muchos días y noches sin dormir, vimos que si mi hija dormía en la cama con nosotros, todos podíamos descansar. Lo contrario empezaba a ser peligroso para mi marido en su trabajo y para mi porque el cansancio me impedía cuidar a mi hija y pensar con claridad.
Así fue como en mi casa empezamos a colechar.
Después he leído mucho sobre el tema y conocido a muchas familias que lo practican (bastantes más de las que lo confiesan abiertamente) y he descubierto que además es beneficioso para el bebé.
Algunos de los beneficios que tiene dormir con tu hijo son:
  1. El descanso del que hemos hablado tanto para los padres como para los hijos. Los bebés de alta demanda nos necesitan cerca, muy cerca para poder relajarse lo suficiente para dormir.
  2. Favorece la lactancia materna.
  3. El sueño del bebé está más controlado y estamos muy cerca para poder atender sus necesidades en cualquier momento, porque las madres desde que nos convertimos en madres desarrollamos una especie de sexto sentido que nos hace dormir alerta y despertarnos en el momento justo en el que nuestro hijo nos necesita.
  4. Se establece una conexión muy fuerte con tu hijo.
  5. El niño gana en confianza, se siente seguro, atendido y querido.

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Para poder beneficiarnos todos de este favorable descanso y de sus beneficios, solo es necesario tener en cuenta unas pequeñas medidas de seguridad:
  1. El colchón debe ser firme y no debemos poner almohadas o peluches donde esté el niño.
  2. Evitar abrigar demasiado al bebé y mantener una temperatura agradable, no excesivamente cálida.
  3. Los padres no deben fumar.
  4. Ni haber tomado alcohol, drogas o medicamentos que produzcan un sueño profundo.
  5. Evitar lazos en los pijamas y los huecos entre el colchón y la pared.
  6. Si hay obesidad en uno de los padres es preferible que el bebé no duerma en la cama familiar.
Practicado con un mínimo de seguridad no hay nigún problema ya que igual que sabemos que la cama se acaba y no nos caemos, sabemos que el niño está a nuestro lado y no lo aplastamos.
Y para la gente que opina que el colecho acaba con las relaciones de pareja, debería hacer un ejercicio de imaginación y creatividad 🙂 La casa está llena de lugares interesantes y el día tiene muchas horas.